La pandemia de la covid-19 ha dejado huella en nuestras vidas y una economía rota. Ha destacado la importancia de la salud de las personas y de los espacios que habitan, así como la necesidad de contar con más espacios verdes, reducir las emisiones innecesarias, ahorrar energía o el deseo de dejar un mundo mejor a las próximas generaciones. El impulso de la sostenibilidad, la digitalización y la transición ecológica cobra fuerza. La Comunidad Foral cuenta con una hoja de ruta más verde hacia un modelo con reformas integrales de edificios, mejoras en viviendas privadas y reducción de consumo energético. El Gobierno de Navarra apuesta por la rehabilitación de las viviendas como muestran los más de 125 proyectos que se desarrollarán en la Comunidad entre 2020 y 2026. Todos ellos, dentro de las estrategias de cohesión territorial y social, innovación digital y transformación ecológica.

Por eso, el Gobierno foral está dando a conocer los fondos europeos Next Generation, los cuales forman parte de una iniciativa promovida por la Unión Europea que busca garantizar una recuperación sostenible, inclusiva y justa del sector de la construcción. Fondos que, al mismo tiempo, se enmarcan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Navarra recibirá entre 2021 y 2023 47,2 millones de euros de los fondos Next Generation para rehabilitación (15,8 millones en 2021, 19,1 millones en 2022 y 12,1 en 2023). Estas cantidades sumadas a los recursos propios de la Comunidad hacen que la partida para rehabilitación alcance una media de 40 millones anuales. Con este acuerdo se busca dinamizar la economía, de modo que estas ayudas públicas vayan acompañas de inversión privada.

No obstante, no será hasta este mes de febrero cuando el departamento de Ordenación del Territorio y Vivienda del Gobierno de Navarra concrete las nuevas convocatorias específicas dirigidas a subvencionar estos esperados cambios. En algunos casos, el total de las ayudas aportadas podrá cubrir hasta el 70% de la inversión y cabe destacar que los municipios de menos de 5.000 habitantes podrán recibir un aporte especial.

Las obras más comunes que soliciten algunas comunidades de vecinos servirán para eliminar barreras arquitectónicas en los accesos para personas mayores o con discapacidad, instalar ascensores, reparar fachadas y tejados y la eliminación de humedades. Obras que podrían estar subvencionadas debido a que de los 39,5 millones de fondos propios para actuaciones de vivienda, el 80% irán destinados a rehabilitación. Mientras, el plazo máximo de ejecución se sitúa en 2026, por lo que, el proceso de adjudicación debe pisar el acelerador.

Reto principal

El papel de informar del administrador es el gran reto al que se enfrenta la rehabilitación de las viviendas. Salvador Díez Lloris, presidente del Consejo General del Colegio de Administradores de Fincas de España, en la feria de edificación sostenible celebrada el pasado septiembre en Pamplona ya exponía este problema recordando que "en los edificios antiguos los propietarios son mayores, vulnerables y tienen una situación económica frágil. Se necesita buscar estrategias de comunicación y facilitar ayudas. Hay que invertir en accesibilidad", comentó Díez Lloris.

Por este motivo, es necesario remarcar la importancia que tiene rehabilitar los edificios para mejorar la eficiencia energética de estos inmuebles, haciendo que los recursos necesarios para el uso de luz y calefacción sean menores. De la misma manera, también se suprimen las barreras arquitectónicas que limitan la vida de algunos habitantes de estas construcciones, y se mejora la calidad de vida de los usuarios, al igual que lo hace la del inmueble.

Por todo ello, pueden acceder a los fondos Next Generation todos aquellos edificios residenciales de más de 25 años de antigüedad, así como los edificios públicos. Las comunidades de vecinos deben animarse a acometer estos proyectos de rehabilitación y solicitar ayudas porque suponen una oportunidad para transformar el sector en la Comunidad.

Por otro lado, los costes de energía no paran de aumentar, la decadencia de algunos combustibles fósiles como el gas o la preocupación por el cambio climático está poniendo a la eficiencia energética en el punto de mira, en el centro de atención a la hora de emprender cualquier rehabilitación. Según algunos estudios, los edificios residenciales son responsables del 40% de las emisiones de CO2 de las ciudades. Unas cifras que chocan con los objetivos internacionales de reducir el impacto ambiental del sector inmobiliario y de conseguir en 2050 la neutralidad energética. Así, el ahorro en calefacción y aire acondicionado mediante mejoras en la eficiencia energética es una de las apuestas estratégicas de la UE.

Obras de reforma con envolvente térmica de la fachada de un bloque de viviendas en Azpilagaña. Foto: Mikel Saiz

Garantizar la convivencia

Mejorar la envolvente térmica, colocar sistemas de aislamiento térmico o instalar cerrramiento de altas calidades no son las únicas medidas que los vecinos pueden llevar a cabo para mejorar sus hogares. Contar con un administrador de fincas colegiado garantiza que la comunidad goce de una convivencia cómoda y amable.

El servicio de estos profesionales es independiente, responsable y resolutivo, amparándose sobre todo en la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), que se encarga de regular todos los aspectos relacionados con las comunidades de propietarios.

Estos mediadores funcionan como una de las herramientas más eficientes en cualquier colectividad. Ayudan a conservar la armonía vecinal porque permiten evitar mayores confrontaciones entre las partes. Incluso en algunas ocasiones, las problemáticas habituales en las comunidades no se resuelven por sí mismas, como por ejemplo, molestias relacionadas con los ruidos, humos, uso privado del espacio comunitario o morosidad que suelen protagonizar desencuentros e incomodidades donde el administrador puede impedir que estas situaciones deriven en largos y costosos procesos judiciales.

Urge la rehabilitación en el Estado: El 50% del parque inmobiliario de España necesita rehabilitación urgente. el 45% de los edificios españoles se construyó antes de 1980, es decir, tienen más de 40 años. Además, el 81% de estos inmuebles cuentan con una mala calificación energética. Tanto la UE como el Gobierno de España han puesto en marcha iniciativas para mejorar las paredes de las viviendas y la calidad de vida de los ciudadanos.

Los edificios suponen el 20% de la factura energética de Pamplona De los 500 millones que componen la factura energética de Pamplona, el 20% corresponde al consumo de edificios. Si se introducen nuevas tecnologías o energías renovables, las viviendas podrían ser más eficientes y, por lo tanto, ahorrar energía.

6.000 millones de euros desde el Mecanismo de Recuperación y Resilencia de los fondos Next Generation para rehabilitar los edificios: Se calcula que un tercio del consumo de energía y de las emisiones de CO2 en España proceden del parque edificado. Para cumplir con los objetivos europeos, España debe rehabilitar 1,2 millones de viviendas de aquí a 2030 y adaptarlas al modelo de eficiencia energética y de reducción de emisiones.

La Comunidad Foral recibirá 15,8 millones correspondiente a 2021 y 19,1 millones de 2022