La presidenta María Chivite confirmó ayer que el Gobierno de Navarra asumirá con cargo a sus propios presupuestos los 40 millones de inversión necesaria para construir la nueva vía de tren entre los polígonos de Landaben y Arazuri-Orkoien, en la comarca de Pamplona. La obra, de 5 km de longitud y pensada para el transporte de mercancías, sustituirá al trazado actual y se llevará a cabo en los próximos tres años. De esta forma, la vía rodeará las actuales instalaciones de Volkswagen, lo que posibilitará suprimir la que actualmente atraviesa su planta y facilitará la reconversión de la planta para la construcción del coche eléctrico.

La operación, sin embargo, fue cuestionada por varios grupos parlamentarios, que critican que sea Navarra la que asuma el coste de una infraestructura que es competencia del Estado. Chivite, en cambio, alegó que se trata de una obra que no tiene calificación de interés general, por lo que debe asumirla la Comunidad Foral para avanzar en su construcción. “Es una infraestructura que, sin duda, va a contribuir al desarrollo económico”, justificó.

Se trata, dijo Chivite, de una “demanda antigua” que por fin se lleva a cabo y que resulta “imprescindible para que la industria avance y crezca”. De hecho, la presidenta lo vinculó directamente el nuevo vehículo eléctrico que prevé fabricar Volkswagen. “Con esta infraestructura estamos facilitando el desarrollo del coche eléctrico en Navarra y haciendo más competitivas a las empresas de estos polígonos. Reducimos los costes de la movilidad y esto permite a la industria ser más competitiva”, defendió.

La presidenta afirma que la obra "contribuirá al desarrollo" de la Comunidad y con ello a la "competitividad, sostenibilidad y conectividad" en el polígono

Críticas

Con todo ello, y tras aludir a los "incumplimientos e inacción" que ha conllevado que en varias décadas de debate aún no se hay eliminado el bucle ferroviario en Pamplona, Chivite defendió que su Gobierno "trabaja, plantea soluciones a problemas heredados de 20 años, y lo hace de forma urgente", dijo, para criticar especialmente la intervención "asombrosa a la par que ridícula" del portavoz de Navarra Suma.

Esparza acusó a Chivite de "ser cómplice de un ilegítimo desvío de fondos" en un acuerdo que es "un engaño a la ciudadanía" porque "aumenta el recorrido" de la vía, consolida el apeadero de San Jorge", hace que los navarros costeen 40 millones que debería pagar el Estado, que se invierten en construir 3,5 kilómetros de vía cuando eliminar el bucle tan solo es el doble, dijo tras señalar que con ello "los navarros hacemos el primo".

Con muy diferente tono, el socialista Ramón Alzórriz defendió la "muy buena noticia" de este acuerdo con "coordinación, cooperación y avances para Navarra", por lo que consideró que en Navarra Suma "son incapaces de aceptar las buenas noticias, incluso las que saben que revierten en el futuro de Navarra".

Uxue Barkos (Geroa Bai) dijo "compartir absolutamente" que el proyecto firmado es "imprescindible para el desarrollo industrial" de Navarra, que parte de "una situación absolutamente lamentable en el transporte de mercancías por tren, aunque exigió a los grupos unidad a la hora de pedir al Estado que asuma sus "obligaciones en materia de inversiones".

Contundente fue por EH Bildu Maiorga Remirez, para quien un buen acuerdo depende de su coste, dijo tras considerar en este caso que "no tiene ningún sentido económico ni político asumir el coste de 40 millones para el uso de Adif y además pagar los terrenos que queden libres para poder después utilizarlos en materia industrial".

Asimismo, Marisa De Simón (I-E) apoyó el objetivo de este acuerdo, por entender necesaria  urgente la actuación que beneficia al tejido industrial de Navarra, pero manifestó que es el Estado el que debe financiarla porque es "una obra de interés general", según consta en todos los informes.