Hace año y medio Tommy Trigo se marchó a aprender inglés a Filipinas. Hoy es un futbolista profesional, en el Loyola Meralco, un equipo que aspira a ganar la Liga y vive su primera experiencia internacional en la selección del país, gracias a la doble nacionalidad, ya que su madre es filipina. No está solo en la aventura. Otro jugador navarro, Álvaro Castiella, fichó en enero por su equipo. Los dos disfrutan del fútbol profesional a más de 11.000 kilómetros de Pamplona.

El portero Tommy Trigo (Pamplona, 8-6-1989) ha visto cómo su vida ha cambiado en poco más de un año. Tras estudiar Magisterio en Pamplona y jugar como aficionado en Regional (Universidad de Navarra y Valle de Egüés), se trasladó a Filipinas a estudiar inglés y dar clases en un colegio. Buscó un equipo para seguir haciendo deporte como aficionado, pero en año y medio ha pasado a priorizar su vida deportiva, ya que es futbolista profesional que compagina los partidos de Liga de su equipo, con la selección filipina.

El centrocampista Álvaro Castiella (Pamplona, 18-4-1991) llegó a jugar tres años en Segunda División B en Navarra con Osasuna Promesas (2009-13) y una en Tercera en el Valle de Egüés. Recaló en Filipinas a finales de año con la intención de cursar un máster, y su calidad y la amistad con Tommy le han abierto las puertas de uno de los mejores equipos del país a las primeras de cambio, con lo que compagina sus estudios con el deporte profesional desde enero. Como no lleva mucho tiempo en el país, prefiere otorgar a su compañero de equipo la voz de esta experiencia deportiva que los dos están viviendo en el sudeste asiático. “Estoy muy contento de tenerlo en el equipo”, comenta Tomy Trigo.

“Tiene mucha calidad y ha sido muy buen fichaje” El portero empezó jugando en el Socceroo, de la Primera División de Filipinas, en septiembre de la pasada temporada, pero su llegada a la selección le puso en el ojo de los grandes equipos del país. “La diferencia con mi equipo anterior es la profesionalidad y las ganas de ganar títulos. Eso se nota a la hora de planificar los entrenamientos, en el trato con los jugadores y, sobre todo, a la hora de aspirar a títulos para intentar ser un equipo grande en este país. Me ficharon durante mi primera convocatoria con la selección, entre concentración y concentración. Era nuevo en la país, en la Liga y en la selección. El capitán me ofreció fichar por su equipo y acepté. Sigo recordando ese momento como algo grande, ya que ese día cambió por completo mi vida en Filipinas. Pasé de jugar a fútbol como hobby a ser profesional. Nuestro objetivo principal es jugar la AFC Cup, que es como la UEFA. Eso supone ir a otros países a jugar, nuevos retos y, sobre todo, hacer conocer el fútbol filipino fuera del país”.

Actualmente se encuentra jugando la Copa de Filipinas. “Ganar la Copa sería un gran título, ya que nos clasificaría para ir a la AFC Cup. Si la ganáramos habríamos conseguido uno de nuestros principales objetivos, que es el de jugar esta especie de UEFA asiática”.

Se frota los ojos para creer lo que está viviendo. “El fútbol es lo que me da de comer. Tuve que cambiarme de ciudad y dejé el colegio en el que daba clases. Este año me dedico a dar clases particulares, ya que los horarios del equipo no me permiten estar a jornada completa en un colegio (doble sesión y viajes con la selección). También suelo entrenar a niños de la academia de nuestro equipo, a los porteros”.

Ya no vive con su familia materna en Manila. “Ahora vivo por mi cuenta, ya que tuve moverme por las distancias. El día a día me lo marca el fútbol, con doble sesión de entrenamiento. Al mediodía estudio inglés. Cuando estoy saturado del inglés, aprovecho para leer. Intento no dejar de formarme, leer libros sobre temas interesantes para mi carrera como profesor. Los fines de semana suelen ser los partidos y entrenamientos con los niños. Y depende del día, me toca dar clases particulares”.

“Estamos haciendo historia” Sigue engrosando su palmarés internacional. “En Semana Santa hemos tenido más partidos clasificatorios para el Mundial de 2018, nuestro principal objetivo (esta madrugada jugaban contra RDP Corea, Grupo H, Asia). Esta experiencia con la selección es por un lado un sueño que nunca pensé que viviría. El fútbol aquí es pequeño y va creciendo, no se puede comparar con lo que estamos acostumbrados a ver, pero cuando estas con la selección el entrenador siempre nos dice que tenemos ser conscientes de la importancia de la camiseta, que representamos a un país y que cada vez que jugamos en Filipinas nos siguen. No eres consciente de esas palabras hasta que juegas en Filipinas y la gente te conoce. La selección esta haciendo historia, y eso motiva mucho a los filipinos para que el fútbol pueda seguir creciendo. Así que la experiencia de la selección además de un sueño es un regalo que he tenido la suerte de vivir”.

“Soy profesor, no futbolista” No pierde de vista que es profesor, ocasionalmente convertido en futbolista. “Doy muchas gracias a Dios por esta experiencia y por el día a día, por los momentos duros y, sobre todo, por todos los momentos positivos. No me puedo quejar de nada porque me considero afortunado. He tenido mucha suerte desde que vine aquí. Siempre he dicho que soy profesor, no futbolista. Esto es un sueño y una experiencia única, pero cuando vuelva a España quiero dar clases. No dejaré el deporte porque siempre he sido muy deportista, pero profesor es lo que realmente soy. Así que cuando vaya a España me gustaría sacar, siempre que se pudiera, algún proyecto deportivo, pero nunca alejarme del mundo de la educación”.