El neerlandés Mathieu Van der Poel (Alpecin-Fenix) no partirá como favorito en la 105 edición del Giro que comienza este viernes en Budapest, pero el cuádruple campeón del mundo de ciclocrós y doble ganador del Tour de Flandes acapara el foco de interés por su debut en la carrera rosa, en la que deberá despejar unas cuantas incógnitas.

"Vestir la maglia rosa no será fácil. Me gustaría lograrlo, pero mi deseo por el rosa es menor que el que tuve por el maillot amarillo del Tour del año pasado. En Francia había un simbolismo más fuerte. Allí encontré el maillot donde menos se esperaba. La 1ª etapa supuestamente estaba elegida para mí, pero lo vestí después, en Mûr-De-Bretagne" , declaró el líder del Alpecin-Fenix.

Mathieu van der Poel no considera que este Giro lo asuma como una simple preparación para el Tour de Francia, sino como una experiencia que le desvelará varias incógnitas sobre su rendimiento en una prueba de tres semanas.

"No vengo al Giro a prepararme para el Tour de Francia. Estoy deseando vivir esta primera experiencia personal en el Giro de Italia.

Siempre he sido un fanático de este país y de esta carrera, quiero correr y ver cómo reacciona mi cuerpo al esfuerzo durante tres semanas. En este momento no tengo las respuestas ya que nunca he completado una gran vuelta. Por lo tanto, tengo muchos signos de interrogación, incluso con la respuesta de mi espalda", señaló.

La montaña será el gran enemigo de Van der Poel, que llegará en abundancia en la última semana de carera.“Nunca he subido grandes puertos en carreras de tres semanas, y esa es otra incógnita para mí. Me gustaría llegar al final de mis dos grandes vueltas este año, el Giro y el Tour de Francia. Mi preparación al principio del año en España la orienté principalmente para las clásicas. Puede ser una preparación corta, pero espero llegar al final", concluyó Van der Poel.