El Papa Francisco nunca sido muy del agrado de la diestra hispana. Así que imaginen el cabreo después de que el pontífice haya pedido perdón a Méjico por "los pecados cometidos en la evangelización de América". En Libertad Digital están que trinan. "La desgracia de tener un Papa tonto", titula su pieza Pablo Molina, que después de deshacerse en espumarajos termina así: "Llama la atención, sin embargo, uno de estos pecaditos incluidos en la lista, al que, sin embargo, el papa Francisco no parece prestar atención. Es el que condena a los que crean pobreza, pecado mortalísimo, este sí, del que sus amigachos comunistas, responsables de haber llevado a millones de personas a la miseria, presumen cuando van al Vaticano a echarse unas risas con él".

"Que Bergoglio pida perdón", se engorila Carmelo Jordá en el chiringo digital de Jiménez Losantos. Como en el caso de su compañero de bravatas liberaloides, termina recordando al verdadero diablo: "Ya puestos a 'purificar la memoria', yo creo que Bergoglio debería dejar de pedir perdón por las cosas de hace medio milenio y empezar a hacerlo por las tonterías que él mismo dice ahora y, sobre todo, por cómo hace el caldo gordo a todas las tiranías de América, que eso sí es un comportamiento despreciable". Como aditamento, Libertad Digital rescata una vieja pieza titulada "México 1521: por qué le llaman conquista cuando es liberación".

Vendrán más piezas con Bergoglio como diana. A la espera, el entretenimiento clásico es la maldad infinita de los separatistas. La última, según La Razón, es la pretensión de ERC (en este caso, junto a Podemos) de cerrar la comisaría de la Policía Nacional en la Vía Layetana de Barcelona. "Expropiación a la Policía: «Nos van a echar de Cataluña»", se desgañita en primera el diario de Marhuenda. Dentro, el titular es "Desahucio en Vía Layetana".

Por supuesto, el asunto —que de momento es solo una petición, ojo— merece un ardoroso editorial bajo el título "La policía no es moneda de cambio". Les copi y pego un fragmento: "Se pretende expulsar del centro de Barcelona a la Policía Nacional para erradicar del imaginario público cualquier símbolo que represente la vigencia del Estado en Cataluña. Que se consiga, que nuestra Policía sea utilizada como moneda de cambio por el nacionalismo y la extrema izquierda, es una responsabilidad que la opinión pública hará recaer sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez".

ABC le dedica a cuestiones catalanas sus dos titulares. Sí, los dos. El secundario, a la "persecución lingüística", y el principal a un informe del grupúsculo denominado Sociedad Civil Catalana que dice demostrar que el procés ha "acelerado la radicalización de los secesionistas". ¿Y por qué hay que creer un presunto estudio hecho por una plataforma (o lo que sea) antinacionalista? Pues por eso mismo, dice el editorialista del vetusto diario: "Más aún, esos mismos constitucionalistas son los que perciben cómo los años del ‘procés’ han sido un auténtico acelerador de estas tendencias tan divisoras, y son testigos diarios de hasta qué punto se están radicalizando las posiciones separatistas, hasta convertir a antiguos simpatizantes de un nacionalismo catalanista moderado en auténticos fanáticos de la crispación y el odio". Y punto pelota.

También en ABC, Salvador Sostres escribe sobre los botellones. Los únicos malos son los de Barcelona. O, bueno, de hecho, los únicos: "Arde Barcelona y lo normal es preguntarse por qué Madrid no arde. Ayuso barrió a Pablo Iglesias hasta tirarlo a la basura de las tertulias y las redes sociales. Colau barrió a la brigada antidisturbios de la Guardia Urbana y hoy Barcelona es una gran cloaca con ella de jefa de las ratas".

El editorialista de El Mundo la toma con Pere Aragonès, al que tacha de hipócrita no se sabe muy bien por qué. ¿Quizá porque mañana a volver a plantar a Felipe VI? Puede ser, pero eso no lo menciona en una descarga que termina con una curiosa comparación: "Moncloa vende que Aragonès va a convertirse en el Urkullu catalán. Que sin dejar de ser independentista optará lealmente por el entendimiento sobre políticas concretas dentro del respeto al ordenamiento constitucional. Los tozudos precedentes y la frágil posición de ERC -que no es la del PNV- invitan más bien a despachar ese whisful thinking como propaganda sanchista. El separatismo ha ido tan lejos en la ilegalidad, la sinrazón y el ridículo que no es que no quiera volver: es que ya no recuerda el camino de vuelta".

La propina en el diario de Unedisa la pone Raúl del Pozo, tirando de repertorio en una columneta de aliño sobre la negociación presupuestaria: "Los nuevos Presupuestos están en las manos de los separatistas catalanes y vascos, que esperan la morterada de Europa. Tienen al Gobierno cogido por las gónadas. Primero serán chilladores; después, trincones". Será eso.