Vuelta a empezar
Osasuna no fue el mismo de los dos últimos partidos, perdió con justicia y ha vuelto a la situación crítica de sus peores tiempos. La esperanza o el milagro de Martín llegaba a través de dos factores: su poderoso sistema defensivo y su poder de mentalización. Sin embargo, el primero de estos conceptos vive y va de la mano de los resultados positivos. Y si éstos no se producen, todo se cuestiona. Ahí es donde está ahora mismo este Osasuna, aunque siempre le queda esa capacidad que tiene Martín para reponerse, para reaccionar y mentalizar a sus jugadores de que el objetivo de la permanencia es posible a pesar de que ayer volvió a complicarse.
Todo el planteamiento se le resquebrajó a Martín por dos errores defensivos que hicieron que las previsiones tácticas no le sirviesen para nada.
El esquema inicial sólo le valió en los cinco primeros minutos: mantener la puerta a cero y buscar una contra o alguna jugada de estrategia para sorprender al rival y ganar. Sin embargo, el error de Nekounam que terminó en el gol de Viera cambió todo el escenario. Osasuna bajó en intensidad y empezó a llegar tarde a la presión, dejando que su rival, Las Palmas, demostrase por qué es un candidato al ascenso: velocidad en su contragolpe y mucha calidad en sus futbolistas ofensivos.
El gol del empate de Vujadinovic llegó pronto en la única forma que puede marcar este Osasuna, en un córner o falta, pero no sirvió para que las aguas volviesen a su cauce, porque un nuevo error defensivo, en esta ocasión de David García, dejó todo como estaba con el gol de Araujo. Osasuna, sin estar seguro atrás por las vías de agua que había tenido, tampoco se mostró inspirado en el ataque. Ni llegó ni hizo daño arriba, porque tuvo que recurrir al balón largo impreciso y a los bombeos blandos.
Visto que su planteamiento inicial no era válido para una remontada, Martín recurrió a Loé y Cedrick para darle algo más de solidez a la medular y un poco más de velocidad a su ataque. Incluso retocó un poco su esquema para dejar solo un pivote y colocar tres medias puntas que le diesen un poco más de agresividad arriba, al principio, para terminar al final con un 3-5-2 con Ansarifard y Nino como delanteros.
Con estos cambios, Osasuna mejoró su nivel en el segundo tiempo y obligó a Las Palmas a estar más pendiente de luchar por mantener su ventaja que por otra cosa. Sin embargo, volvió a faltar efectividad para que esa leve reacción tuviese premio.
Ayer no sólo le faltó efectividad a Osasuna, sino también que sus jugadores de arriba tuviesen las ideas más y jugasen más en equipo. Hervías se atragantó a veces de balón, Nino estuvo demasiado solo, Roberto Torres no tuvo las llegadas de otras tardes y Sisi fue intermitente, con desapariciones del terreno de juego que mermaban la capacidad ofensiva del equipo rojillo. Nekounam estaba tocado mentalmente por su error y por su tarjeta amarilla. La entrada de Cedrick sirvió al principio, pero fue un efecto gaseosa, mientras que Loé se limitó más a destruir que a construir, que era lo que necesitaba el once rojillo.
Una vez que ha fallado el resultado, a Martín no le queda otra que tirar de la épica y recuperar esperanza y dosis de autoconfianza en el siguiente partido contra un Leganés que conoce bien y que no se juega demasiadas cosas en este final de temporada.