La investigación impulsada por la abogada australiana Elizabeth Broderick sobre acoso sexual en el Parlamento del estado de Nueva Gales del Sur señala que al menos uno de cada cinco trabajadores han dicho sufrir acoso por parte de otros empleados en su lugar de trabajo durante los últimos cinco años.

En un informe difundido este viernes, la comisión a cargo de la pesquisa ha indicado que al menos la mitad de los casos de acoso o abuso sexual han sido perpetrados por diputados, mientras que son cinco las personas que han dado un paso al frente y han denunciado haber sufrido abuso sexual o intentos de agresión.

El ministro principal del estado, Dominic Perrottet, ha lamentado los resultados y ha indicado que son "totalmente inaceptables", al tiempo que ha defendido que "todos los lugares de trabajo en el estado deben estar libres del acoso laboral y sexual, así como de abusos". "Ese no es el caso en este Parlamento", ha lamentado.

"Los diputados son líderes y modelos a seguir para nuestra sociedad. Deben guiar a los demás desde la parte más alta. Claramente, tenemos una cultura en este Parlamento que se ha convertido en algo tóxico y eso está mal", ha aseverado, según informaciones del diario 'The Sydney Morning Herald'.

Así, tres hombres y dos mujeres han revelado sus experiencias y han dicho sufrir abusos sexual en los últimos años. Del total de casos registrados, el 41 por ciento de los casos han sido llevados a cabo por diputados, si bien la gran mayoría de las afectadas son mujeres -un 46 por ciento aproximadamente-.

Casi la mitad de los incidentes han tenido lugar en el edificio del Parlamento, mientras que el resto se ha producido en las oficinas, viajes de trabajo y otros lugares. En la gran mayoría de los casos el perpetrador era hombre y tenía una posición laboral superior.

Este tipo de comportamientos, según el documento, acarrea un impacto "profundo y devastador a largo plazo" sobre el personal y ha llevado a muchos a dejar su trabajo. "Esto se debe a la falta de confianza en los mecanismos de denuncia y la ausencia de medidas pertinentes para proteger a los trabajadores ante actitudes y comportamientos dañinos, especialmente en aquellos casos en los que el acoso es perpetrado por miembros del Parlamento", recoge el texto.

"Esto debe terminar", ha dicho el ministro principal, que ha asegurado que las autoridades trabajarán para poner fin a estos comportamientos y mejorar el ambiente de trabajo en el Parlamento. Así, ha dado las gracias a las víctimas que han dado un paso al frente y han relatado sus experiencias.

Perrottet ha insistido en que "trabajará con todas las facciones políticas para garantizar que el Parlamento de Nueva Gales del Sur sea un lugar seguro". "Sean cuales sean los cambios necesarios se llevarán a cabo. Tan simple como eso", ha dicho.