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Jarauta celebra su fiesta, pese al "abandono" de la calle

los vecinos denuncian su deterioro progesivo Alfonso Landibar, de la sociedad Napardi, prendió una traca en vez de un cohete para "hacernos oír"

Jarauta celebra su fiesta, pese al "abandono" de la calleFoto: unai beroiz

pamplona. Quisieron que se les escuchara y lo consiguieron. Una traca de al menos 15 metros de largo, prendida por Alfonso Landibar, miembro de la sociedad Napardi al principio de la calle, dio comienzo ayer a la fiesta de Jarauta. Que no fuera el clásico cohete tiene una explicación: "La calle está abandonada a su suerte", tal y como denunció en el pregón Landibar. Sin embargo, ayer el barrio entero se conjuró para que "el brillo que le caracterizó vuelva". Dicho y hecho.

Entre altas temperaturas, los vecinos participaron en las distintas actividades programadas. Como novedad, destacó una exposición fotográfica de la calle de los años 1950 a 1970. Rosa Pascual, miembro de la organización, explicó que "es interesante ver cómo se vivía con ese ambiente de ciudad pequeña". También se podían observar imágenes de la plaza Santa Ana así como paneles de denuncia del deterioro de la calle. Otra iniciativa nueva que quiere fijarse como costumbre a partir de ahora es que "cada año se inicien las fiestas con una traca y lo prenda un colectivo del Burgo de San Cernin", afirmó Pascual. Ayer, el portal número 2 fue el lugar elegido y Alfonso Landibar el representante de la sociedad Napardi que abrió la fiesta. "Me ha hecho ilusión. En esta calle he trabajado toda mi vida", expresó.

Otro vecino con autoridad para hablar sobre Jarauta es Patxi Vasquez. "Viví aquí de 1957 a 1967. Entonces esta calle tenía su encanto, desde el balcón se escuchaban jotas. Aún mantiene la casta de Pamplona", declaró.

"Encantados de teneros aquí" Por otro lado, se quiso homenajear a los más txikis y mayores del barrio. Jarauta es un nombre especial para Clara Etxeberría Goñi, de 78 años, y Jesús Manuel Gutiérrez, de 79 años. Este matrimonio lleva más de medio siglo viviendo en el barrio, desde que se casaron. Jesús lo recuerda muy bien. "El 9 del 9 de 1956", afirma rotundo. Allí criaron a sus 6 hijos. "Esta calle ahora da pena, antes venían las cuadrillas y había mucho ambiente", enfatizó Gutiérrez. Ambos recibieron un pañuelo de manos de José Antxoadoqui, uno de los organizadores. "Estamos encantados de teneros aquí. Esta es vuestra casa", afirmó. Y de los mayores se pasó a los cuatro txikis: Nahia Martirena, Unai Laita, Ione Beramendi e Izai. A todos ellos se les colocó un pañuelo.

Además, durante la mañana tuvo lugar un campeonato de tirabike e hinchables en la plaza Santa Ana, un almuerzo y una paella, realizada por los vecinos, que degustaron al menos 300 personas. Por la tarde, hubo un campeonato de mus, bailes, una chocolatada y un encierro infantil. El festejo se cerró con una cena autogestionada y música en la calle.