CINTRUÉNIGO - La XIII edición de la fiesta de la gastronomía navarra celebrada este domingo en Cintruénigo, tuvo como protagonistas a la propietaria del restaurante Túbal de Tafalla Atxen Jiménez, que recibía el premio de gastronomía otorgado por el Ayuntamiento, y a la escritora donostiarra afincada en esta localidad ribera Dolores Redondo, que fue la pregonera de esta fiesta que, en una jornada con excelente climatología, que congregó a un gran número de personas de toda la Comunidad Foral. En dicho acto, además de la Corporación, estuvieron presentes la vicepresidenta del Gobierno de Navarra Lourdes Goicoechea, que fue la encargada de entregar la escultura de Bóregan a la restauradora tafallesa, el presidente del Parlamento Alberto Catalán y el Consejero de Políticas Sociales Íñigo Alli, entregando ambos sendos ramos de flores a las dos protagonistas.

Este acto institucional tenía lugar en el escenario de la zona céntrica de Los Paseos, acto que fue abierto por la alcaldesa Raquel Garbayo quien en su intervención presentaba a la pregonera Dolores Redondo. Garbayo destacó que la donostiarra lleva con orgullo el nombre de Cintruénigo, localidad en la que fijó su residencia desde hace ocho años. De Atxen Jiménez alabó su dedicación de toda la vida al mundo de la restauración, vida jalonada con numerosos premios.

La escritora Dolores Redondo dio las gracias por el honor que para ella había sido ser nombrada pregonera de esta fiesta, calificando la gastronomía como seña de identidad, arraigo y distinción y, sobre todo, cultura. Destacó que en su obra, además de las descripciones de paisajes y costumbres, la buena comida ocupa un lugar importante, convirtiéndose en algo identificativo de su trabajo literario. Finalizó su intervención animando a los vecinos y visitantes a comer y beber. Por su parte Atxen se mostró muy emocionada y dedicó el premio a sus hijos Beatriz y Nicolás, que son actualmente los que dirigen el negocio.

La fiesta de la gastronomía se inició a las 10.00 horas con una chistorrada en la que se consumieon 88 kilos de este producto, regado con caldos de la localidad. A su vez, en la Almazara del Ebro se repartieron 2.000 tostadas de ajo con aceite para que después la fiesta se trasladara a la zona de los Paseos donde tenía lugar la degustación de ternera con 1.200 raciones, 300 kilos de pochas, y también la participación con sus productos del colectivo de Casa Latina, Aderec y la Asociación de Malienses. No faltaron tampoco los puestos de mercado de productos navarros y las visitas guiadas las distintas bodegas de la localidad. Por su parte bares y cafeterías organizaron la ruta del pintxo y luego los distintos restaurantes se llenaron para degustar un menú a base de productos navarros. El colofón a esta fiesta lo pusieron nuevamente la comparsa de gigantes y cabezudos con un multitudinario pasacalles. - Emilio Sarasa