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MEZKIRITZ REMEMORA LA ESCUELA DE los años 50

La exposición, abierta hoy y mañana, está organizada por la Asociación Elutseder En la escuela vieja de Mezkiritz han expuesto pupitres y materiales que permanecen intactos

MEZKIRITZ REMEMORA LA ESCUELA DE los años 50Foto: Elutseder

MEZKIRITZ - Hoy y mañana son los últimos días para visitar la exposición que ha organizado la Asociación Elutseder en la escuela vieja de Mezkiritz, en torno a la escuela de antaño. Aprovechando los pupitres que permanecían intactos en la escuela vieja, Elutseder, junto al concejo de Mezkiritz, ha acondicionado la sala para que pueda ser visitada por los vecinos. La Asociación está muy agradecida a todos los que han colaborado en el proyecto, en especial al concejo de Mezkiritz, al de Lintzoain, al Ayuntamiento del Valle y a todos los que han cedido altruistamente materiales para la exposición, como pizarrines, cuadernos, mapas y fotografías antiguas. “Hemos podido recrear fielmente lo que era una escuela rural en el Valle de Erro hacia los años 50”, afirmaban desde la asociación. Tanto es así que el fin de semana pasado, cuando se inauguró con éxito la exposición, muchos vecinos del pueblo recordaban perfectamente haber estado sentados en esos pupitres con esos libros y materiales.

LA EXPOSICIÓN Lo más destacado de la exposición son los nueve pupitres expuestos en la sala, en donde se exhiben libros, pizarrines, plumillas, enciclopedias y cuadernos, que generalmente los niños y niñas traían de casa en su zurrón de cuero. Al fondo, un cuadro de Franco y un crucifijo presiden el pupitre del maestro y la pizarra. Varios de los visitantes recordaban cómo el maestro les llamaba por su nombre para que salieran al encerado, donde tenían que demostrar que sabían distinguir el sujeto del predicado o que sabían calcular cuál era la superficie de un triángulo. La muestra recoge igualmente numerosas fotografías, desde alumnos posando en las escuelas de todo el valle, hasta fotografías de excursiones o de la formación de la maestra Horosia Castellot, natural de Erro, que impartió clases en Loizu y Orondritz.

En un rincón, también se puede apreciar un diploma que se le entregó al mezkiriztarra Santiago Urrutia. La Sección de Fomento del Vascuence, dentro de la Institución Príncipe de Viana, otorgaba un diploma y una libreta abierta en una caja de ahorros con una pequeña imposición a los niños vascohablantes de los pueblos, como premio incentivador por su uso para con el euskera. A pesar de que la entrada a la escuela suponía para muchos niños y niñas el primer contacto con el castellano, lo cierto es que solo dos familias de Mezkiritz transmitieron el euskera a sus hijos: la familia Urrutia y la familia Ibarra.

También permanece intacta la estufa, que no podía faltar en un pueblo que pasaba duros inviernos. Algunos de los asistentes recordaban que había un lote de leña para la escuela y que muchos colaboraban en auzolan cediendo sus hachas o trayendo de sus casas los bueyes para transportar la leña en carros.

Además de la exhibición de materiales y fotografías, también hay un proyector continuo de vídeo, cartografías e información detallada en paneles sobre la evolución histórica de la enseñanza en Navarra en el siglo XX, un listado de maestros de las escuelas del valle, información sobre la Escuela Normal de Maestras o curiosidades de las demás escuelas del valle.

Sin duda, la fotografía más comentada hasta ahora ha sido aquella en la que los alumnos de Mezkiritz posan con el maestro Cruz Zugarramurdi, natural de Espinal, que comenzó viviendo en la pensión de Casa Bartolo y terminó en una vivienda que el pueblo de Mezkiritz reformó para él encima de la escuela.

Aún hay tiempo para poder volver a trasladarse a los años 50 y visitar esta reproducción fiel de lo que fue la escuela rural en el Valle de Erro.