En 1966 la gente de Pamplona se sacudía el tedio dominical yendo al cine a ver películas como Alfie, en la que Michael Caine ejercía de incorregible seductor, o la inolvidable El bueno, el feo y el malo, en la que Clint Eastwood triunfaba como tipo duro. Para quienes tuvieran mayores tragaderas, el cine español acababa de vomitar Fray Torero, un pestiño de José Luis Sáenz de Heredia en el que el torero Paco Camino se había prestado a participar, de manera inexplicable. Viendo título y protagonista, no es difícil adivinar el argumento... ¿no? La imagen muestra una vista de la calle aquel año, con la Estación de Autobuses en el centro y al fondo uno de los cuarteles de la ciudad. Le quedaba ya poco tiempo de vida, puesto que aquel mismo año se había formalizado la entrega (o, mejor dicho, la devolución), de la Ciudadela a la ciudad, y habían comenzado a ejecutarse las obras de los cuarteles de Aizoáin.

Hoy en día la zona permanece perfectamente reconocible, a pesar de los cambios operados en urbanización, mobiliario urbano, tráfico, etc. El lugar en el que en 1966 veíamos uno de los cuarteles militares va hoy ocupado por el arranque de la avenida del Ejército, y delante adivinamos la plaza de la Paz, que el pueblo soberano ha rebautizado como plaza de los Txistus. La que sí sigue en su sitio es la Estación de Autobuses, Geltoki, reconvertida hoy en un espacio autogestionado de comercio y economía social. Muy bien hecho, sí señor.

Ah, y a quienes se hayan sentido conmovidos por el panorama del cine español en 1966, les diremos, para terminar, que uno de los grandes éxitos musicales de aquel año fue un bodrio titulado Juanita Banana, un auténtico fenómeno musical que llegó a ser interpretado, entre otros muchos, por un grupo autodenominado Los Beatles de Cádiz. Así, tal cual, oiga...