- El Ayuntamiento de Pamplona va destinar más de un millón de euros no contemplados en el presupuesto municipal inicial de este año para hacer frente a las necesidades urgentes de la ciudadanía de carácter social ocasionadas por la crisis sanitaria del Covid-19. La concejala delegada de Servicios Sociales, Acción Comunitaria y Deporte, María Caballero, explicó ayer en la Comisión de Asuntos Ciudadanos que la mayor parte del gasto extraordinario se ha destinado a atender el aumento de solicitudes dentro de la convocatoria de ayudas de emergencia, a los nuevos recursos puestos en marcha para cubrir las necesidades de alojamiento y alimentación o a los equipos de protección de los más de 385 profesionales que están trabajando para poder atender todas las necesidades. Haciendo un cálculo de que la situación actual se mantuviera similar hasta final de año, la cantidad para atender todas las necesidades que tendría que destinar el Consistorio pamplonés alcanzaría 1,7 millones de euros.

Por ejemplo, la atención de persona sin hogar tendría un gasto de 672.555 euros y el alojamiento del resto de personas en pensiones de 260.172 euros; la convocatoria de ayudas de emergencia se incrementaría en 381.913 euros; el aumento de demanda de alimentación en el Servicio de Atención a Domicilio en 169.900 euros y el del comedor municipal en 47.184 euros; los gastos de desinfección sumarían 13.216 euros; otros gastos de alimentos 1.000 euros y el refuerzo de la plantilla con nuevos profesionales requeriría 139.459 euros. El Área de Servicios Sociales fue declarada servicio esencial en el marco del estado de alarma. Para garantizar la atención necesaria y la seguridad de las personas trabajadoras se ha modificado la forma de prestar los servicios organizando nuevos horarios y primando la atención no presencial siempre que es posible. Ha contado con el apoyo de personal voluntario de otras áreas municipales.

Caballero recordó que es "un momento de dificultad social especialmente acuciante, en el que la población vulnerable se ve doblemente amenazada". Un ejemplo del aumento de la demanda es que entre el 23 de marzo y el 31 de mayo se han cerrado citas en las unidades de barrio para tramitar 1.067 solicitudes de renta garantizada y más de 200 ayudas de emergencia.

Desde que se declaró el estado de alarma, se han incrementado en más de un 60% las ayudas económicas de la convocatoria de emergencia para dar cobertura a las necesidades básicas de alimentación, alquiler o suministros de luz, agua y gas. La convocatoria está dotada con 630.000 euros pero se calcula que tendría que aumentar hasta un millón de euros para atender todas las necesidades.

De los recursos vinculados con la alimentación, el comedor social, que están entregando la comida en envases de plástico para mantener las distancias de seguridad, ha aumentado los servicios en un 30% (de 50 a 65 personas diarias atendidas), el mismo porcentaje que las demandas nuevas provenientes del Servicio de Atención a Domicilio (SAD). En el caso del SAD frente a ese incremento, seguramente por miedo a salir a la calle a hacer la compra, ha disminuido el número de personas usuarias que quieren ayuda diaria en sus casas con el fin de permanecer totalmente aisladas. Frente a la norma que se venía aplicando, en estos casos se les ha suspendido temporalmente el cobro de la cuota sin que ello signifique la pérdida de la plaza. Esto ha supuesto para el Ayuntamiento un gasto extra de 11.400 euros.

Para garantizar la atención de urgencias sociales, incluso en los días festivos de Semana Santa, se puso en marcha un equipo de más de siete profesionales multidisciplinares, psicólogos, trabajadores sociales y educadores que atendieron 48 casos. Otros ejemplos de nuevas iniciativas por la crisis sanitaria son el seguimiento realizado a personas mayores, mujeres víctimas de violencia de género y a unidades familiares con menores en desprotección o la entrega de 150 EPIS a residentes de los apartamentos municipales.

Con el inicio de la crisis sanitaria, el Ayuntamiento de Pamplona impulsó nuevos recursos de alojamiento orientados principalmente a familias con menores, parejas sin hijos, jóvenes que son expulsadas de sus viviendas, personas que salen de altas hospitalarias, terapéuticas o excarcelación; o quienes han perdido la vivienda o se encuentran en situación de calle por tránsito entre poblaciones. Con ellos se han atendido un total de 155 personas que han necesitado alojamiento de forma urgente. La ocupación actual es de 133 personas.

Se ha puesto en marcha el albergue turístico y de peregrinos Jesús y María al estar completo el de Trinitarios para atender diariamente a 40 personas sin hogar (desde que se abrió el 23 de marzo han sido 48 en total). Como centros de acogida provisional para personas en situación de emergencia social están actualmente el albergue de peregrinos Casa Paderborn, ubicado en el chalet Iraizoz y con capacidad para 8 personas, y la residencia de estudiantes del antiguo convento de María Auxiliadora en el barrio de la Txantrea que puede acoger 30 personas, 10 adultas y 20 menores. También se han incorporado las pensiones Eslava, Leire, Alaiz y Olga con plazas para 51 personas que durante estas semanas se están quedando sin vivienda. Han sumado 95 personas atendidas. Todo esto ha conllevado un aumento del gasto municipal ya que, por ejemplo, mantener abierto con las características actuales el albergue turístico y de peregrinos Jesús y María tiene un coste mensual de 70.000 euros y el abono a las pensiones asciende a 28.000 euros al mes.

Estas nuevas necesidades han conllevado la incorporación de 24 profesionales del ámbito social y educativo de los equipos preventivos a las unidades de barrio y de 12 nuevas figuras de acompañamiento para la alta exclusión. También se ha creado un centro de apoyo en la nueva Unidad de Barrio de Lezkairu con 12 profesionales y otros 14 profesionales han pasado a reforzar la atención en las unidades de barrio. En el mismo sentido, se han habilitado nuevas vías para asegurar la atención telefónica, por ejemplo, en colaboración con otras áreas municipales o el teléfono 010. El objetivo de la iniciativa es facilitar el acceso a recursos de primera necesidad a quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Además, el tejido vecinal hace una labor de detección de posibles casos que necesitan ayuda de los recursos públicos, ampliando así el conocimiento que se tiene.

Atención presencial y llamadas. Acción Comunitaria está apoyando la coordinación de unidades de barrio, centros de salud y redes de iniciativa vecinal para atender a quienes no pueden salir a la calle. Existen 13 en Casco Antiguo, Iturrama, Mendillorri, San Juan, II Ensanche, Etxabakoitz, Milagrosa- Azpilagaña, Rochapea, Ermitagaña-Mendebaldea, Txantrea, San Jorge, Soto Lezkairu y Buztintxuri. Y se cuenta con estas redes como un recurso más, por ejemplo, en las llamadas a personas mayores de 65 años.