La campaña de verano 2020 de prevención y extinción de incendios se cierra en Navarra con una superficie quemada de 736,67 hectáreas, que han requerido un total de 501 intervenciones por parte del Servicio de Bomberos.En términos comparativos, durante el verano de 2019 se quemaron 474,87 hectáreas, lo que supone un incremento del 55% de la superficie afectada respecto al año pasado, y un descenso del 4,3% respecto a la de 2018.

De acuerdo con los datos que se disponen, el de 2020 sería el tercer verano en superficie quemada tras 2016 (4.365,65 ha), año del grave incendio que afectó a la Zona Media; 2018 (770,21 ha); 2019 (474,87 ha) y 2017 (387,35 hectáreas afectadas).

De las 736 hectáreas afectadas el pasado verano, 464,22 corresponden a terreno forestal (el 63% del área calcinada) y el resto, 272,45 hectáreas, a superficie de uso agrícola.

Respecto al área forestal quemada, 272,57 hectáreas estaban pobladas por especies arbóreas; 178,88 eran superficie de matorral; y 13,07 hectáreas de variedades herbáceas.

En cuanto a las 272,45 hectáreas agrícolas calcinadas, la inmensa mayoría (236,2 ha) corresponden a rastrojeras; 28,5 a cultivos sin recolectar y las 7,93 restantes a otras circunstancias como cosecha apilada (0,27 hectáreas afectadas). Hay que precisar que la superficie de rastrojeras quemadas no responde a las quemas controladas y autorizadas por Medio Ambiente para el control e afecciones fitosanitarias, ha informado el Gobierno.

AUMENTAN LAS INTERVENCIONES DE BOMBEROS

En cuanto a los equipos de extinción, el Servicio de Bomberos de Navarra han realizado un total de 501 intervenciones, un 7% más de las 461 prestadas en el mismo período del año anterior.

Un mes de junio frío y húmedo ha requerido 57 intervenciones de los dispositivos de extinción, por debajo del número habitual en esas fechas. En el resto de meses de la campaña, marcada por la escasez de lluvias, se han desarrollado 170 intervenciones en julio, 134 en agosto y 140 en el mes de septiembre.

Se trata del segundo verano de los últimos cinco con mayor número de intervenciones tras las 580 requeridas en 2016, 439 en 2017, 357 en 2018 y 461 en 2019.

Hay que reseñar que la campaña estival de prevención 2020 se ha cerrado sin grandes incendios forestales en la Comunidad foral. Los que han causado mayores daños han sido los de Lerín (309 hectáreas afectadas) y Lónguida (209 ha).

Entre especialistas de la gestión de emergencias se entiende por grandes incendios aquellos con una afectación a una superficie de más de 500 hectáreas. Estos siniestros a menudo quedan fuera de la capacidad de extinción de los servicios y la principal baza para contrarrestarlos reside en la prevención a través de una adecuada gestión forestal que reduzca la densidad del combustible, ha indicado el Gobierno.