- Como mujer feminista que es, asegura Patricia Abad (concejala de IE-Ansoáin Puede) que siempre ha intentado acercarse a la realidad de su pueblo "teniendo en cuenta la desigualdad estructural entre mujeres y hombres de la que partíamos ya antes de la pandemia. Estamos viendo cómo esta crisis ha acentuado todas las brechas de género existentes, entre ellas la relacionada con los cuidados". Son las mujeres, dice, "quienes sostienen mayoritariamente los cuidados de niñas y niños confinados, mayores dependientes, familiares vulnerables. Y vemos también cómo las mujeres migrantes, con condiciones laborales muy precarias, asumen las tareas de cuidados que no podemos o queremos asumir como sociedad".

Asegura que queda mucho camino que recorrer en este ámbito "y vamos tarde. Los colectivos populares de ayuda y apoyo vecinal, en nuestro pueblo y en muchos barrios, una vez más han estado ahí por delante de las instituciones, y se han puesto en primera línea para asumir esa tarea durante la pandemia. Las instituciones tenemos que tomar nota de esto y construir el sistema público de cuidados que necesita nuestra sociedad y que, de momento, recae sobre las mujeres".

La gestión en estos tiempos ha sido "intensa y difícil", valora, y la mayor dificultad ha sido "tener que tomar decisiones en un entorno de enorme incertidumbre. Conseguir mantener la atención a las mujeres víctimas de violencia en los momentos más duros del confinamiento, que además nos cogió sin técnica de Igualdad, fue todo un reto". Pero lo consiguieron. También el suministro de mascarillas y articular la organización de los servicios municipales para permitir una atención al público "ajustada a los mínimos necesarios".

Confiesa que asumir un cargo público en el ámbito municipal le ha requerido renunciar a los tiempos personales y le ha obligado a hacer una pausa en su desarrollo profesional. "He podido dedicarme a la gestión municipal de forma intensa al no tener responsabilidades de cuidado directas como hijos o familiares dependientes. Soy una privilegiada por haber podido elegir, algo que no está al alcance de la mayoría de las mujeres. Creo que no hay más que pensar en que solo el 31% de los cargos públicos en Navarra somos mujeres y solo hay un 22% de alcaldesas".

Valora que contribuir a transformar esos esquemas de funcionamiento masculinizados "es clave en estos momentos, aunque no es fácil. Cuando las mujeres accedemos a los espacios de poder, en muchas ocasiones somos cuestionadas, nos tenemos que ganar doblemente el derecho a estar ahí, aunque afortunadamente cada vez hay más hombres que se salen de esos espacios tan rígidos y son aliados en el compromiso feminista por la igualdad".

"Muchas veces nos tenemos que ganar doblemente el derecho a estar aquí"

Concejala en Ansoáin