abía ganas de volverse a juntar y tras dos años de parón, la plaza de Irurtzun fue este sábado punto de encuentro de diferentes culturas con el arroz, el alimento más universal, como excusa. Y es que volvió Arroces del mundo, una iniciativa del servicio Anitzartean de la Mancomunidad de Sakana e Itxipuru Taldea para visibilizar la diversidad que hay en Irurtzun y por otro propiciar el encuentro de personas de procedencia diversa en el espacio público. También de irurtzundarras de diferentes generaciones además de disfrutar de una mañana de propuestas para ir más allá de la diferencia y centrarse en los beneficios y oportunidades de la interculturalidad, según destacó Begoña Cestau, técnica de Anitzartean. Era la undécima edición de esta iniciativa, con más sabores que nunca. Y es que participaron grupos de Marruecos, Senegal, Atakondoa, Pikuxar, grupo de mujeres, Bielorrusia, Moldavia, Ucrania y Elkarri Laguntza, que se reunieron después en una comida en el club de jubilados.

Mientras un grupo de Marruecos, ya veterano, preparó cuscús con pollo y verduras, otro grupo de Ucrania elaboró dos platos típicos de este país, albóndigas y rollos de col. Eran Lena, Viola, Lynda, Lumba, Inna, y Svitlana, seis mujeres que llegaron al albergue de Altsasu huyendo de la guerra y que se mostraban encantadas de participar en esta iniciativa. Muy cerca estaban Denis y Eugenia, de Bielorrusia, que prepararon Draniki y Kolduni y también se estrenaban en Arroces del Mundo.

Por otro lado, en la plaza se pudo disfrutar de juegos del mundo. Hacia la una y media fue el momento de degustar los guisos, de los que dieron buena cuenta las numerosas personas que se acercaron a la sombra de los porches.

“Es una gozada volver a Irurtzun, por la respuesta de la ciudadanía y también por el nutrido grupo de personas voluntarias dispuestas a colaborar”, apuntó Cestau. Al respecto, destacaba la labor de Itxipuru Taldea. “Propuso la idea y sin su ayuda no sería posible sacarlo adelante”, observó. A modo de metáfora, apuntó que “Irurtzun es una olla gigante en la que se cocinan ingredientes de colores, sabores, texturas y procedencias diferentes”, un guiso de diversidad preparado con mimo para alimentar el conocimiento. En la organización también participó Boluntario taldea y Servicios Sociales, con la colaboración del Ayuntamiento de Irurtzun.Por otro lado, Cestau avanzó que Arroces del mundo volverá los próximos meses a otras localidades de Sakana.

El sábado también se inauguró en Pikuxar la exposición Una mirada diferente, con 14 fotografías del fotoperiodista Unai Beroiz que invitan a mirar a través de las gafas de la inclusión. Se puede visitar hasta el 26 de junio. Promovida por la Red Navarra de Lucha contra la Pobreza y Exclusión Social, la muestra es una ventana a otra realidad y para descubrir los obstáculos a los que han hecho frente algunas personas. A las fotografías les acompaña un pequeño texto que explicativo y un código QR donde se puede ampliar la exposición, también en euskera.