La localidad de Zubieta, en Malerreka, rindió ayer homenaje a sus mujeres y recordó los duros trabajos que solían realizar, especialmente el de lavanderas en una época en la que no existían ni lavadoras ni secadoras. El homenaje estaba organizado por el Ayuntamiento de la localidad, con la colaboración de la Mancomunidad de Servicios Sociales de Malerreka y la cita se llevó a cabo en torno al lavadero, el lugar donde las mujeres se solían reunir para desarrollar el laborioso y duro trabajo que era lavar la ropa a mano.

Este homenaje tuvo una primera fase de sensibilización en agosto. Entonces se propuso la recogida de aceite usado en el estalpe local, con el que después, la artesana de Gasteiz Oihana Santamaría ha realizado jabón (harri eta harizko xaboia, emakume latsariei eskerrak, se podía leer en la etiqueta), que ha envuelto en un paño simbolizando un abrazo a todas las mujeres que no pudieron participar en el acto. Ese jabón realizado con aceite reciclado se repartió ayer entre las personas asistentes. También se colocó una gran fotografía en el lavadero, realizada por la fotógrafa lesakarra Irantzu Pastor y en la que han participado mujeres de Zubieta recreando otros tiempos en el lavadero, con un berso de Bittori Elizalde Soto, en el que se rememoran y agradecen aquellas labores: “Mila orduz ta egunez, igurtziz dena garbituz; lixiba ta zepilluaz mugimenduak hornituz; barreñua trapuz betez, herriko kontuk adituz; lanak zekarren nekea irribarrez argituz; eskuak gorri-gorriak harrien kontra sentituz; nahiz ta denbora pasatu ta dena doan berrituz; Zubita betea darrai haien senaz eta merituz”. Ana Mari Mujika y Anita Hualde también recordaron el trabajo que realizaban en ese lavadero, “cada piedra tenía su dueña”, señalaron.

Al mediodía se pudo ver a mujeres de Zubieta de nuevo en el lavadero, mostrando cómo era el trabajo que desarrollaban. “Eran unas labores esenciales, pero con escasa valoración, no se les daba importancia. Por eso hemos elegido el trabajo del lavadero, como resumen de todo el trabajo que realizaban y realizan las mujeres tanto en casa como fuera de ella”, señalaba el alcalde Ernesto Dominguez. No faltaron tres bertsos de Bittori Elizalde Soto (el segundo de ellos es el que aparece en el panel), se repartió el jabón como modo de agradecimiento y se mostró la fotografía con el bertso. Estando en Zubieta, tampoco faltó el sonido de los cencerros de los y las joaldunak, que posaron finalmente junto a lavanderas, jabonera y bertsolari en la plaza. Fue un día en el que el lavadero volvió a la vida de antaño y que finalizó con un lunch ofrecido por el ayuntamiento y la música de Edorta y Txas en la plaza.