"Elizondo está de moda". Así define su alcalde, Aitor Bazterrika, el fenómeno mediático y turístico que ha protagonizado el municipio situado en el Valle de Baztan, donde este año se ha rodado el anuncio de la Lotería de Navidad.Este anuncio ha puesto el foco sobre la localidad navarra, algo que ni los propios vecinos se esperaban. Su alcalde reconoce en declaraciones a Efe que "no sabía que la localidad que aparece en el anuncio tuviera tanta importancia".
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Cuando comenzó el rodaje en el pueblo y en locales como el bar Sobrino, eran pocos los que conocían qué se estaba haciendo. Bazterrika sabía que se trataba del anuncio porque tuvo que acompañar al equipo de rodaje, pero guardó el secreto.
La que también tuvo conocimiento antes de que se hiciera público fue María Jesús Sobrino, que regenta el bar donde se rodó parte del corto y la Administración de Loterías número 3, situada también en Elizondo.
Sobrino se enteró porque a una persona se le escapó de qué se trataba: "Luego nos dijo que por favor no dijéramos nada, que era mejor que fuera sorpresa", cuenta la lotera en declaraciones a Efe. "El pueblo guardó muy bien el secreto", añade el alcalde.
Ambos coinciden en que se extendieron rumores y bromas sobre el anuncio. "Empezó el rumor de que era un anunció de turrón, haciendo bromas con que, si era de Freixenet, las burbujas iban a salir de la presa del río", explica Sobrino.
Pero en el momento en el que se grabó la última escena del cortometraje, donde se los actores salen de las casas y dicen "nos ha tocado, nos ha tocado", los vecinos se enteraron: "No nos va a tocar una tableta de turrón", comenta entre risas Sobrino.
El 'boom' llegó al día siguiente del estreno del anuncio en televisión cuando las colas para comprar lotería eran "como las de Doña Manolita". "No nos duró nada la lotería que teníamos", explica la lotera. "Elizondo es un pueblo pequeño y no puedes tener toda concentrada aquí, lo que hacemos es repartirla a clientes de toda la vida por toda la regata del Bidasoa", asegura.
Tenían la opción de recuperarla, pero Sobrino tiene claro que "son clientes de toda la vida y el año que viene queremos que lo sigan siendo". Aun así, se acabó en todos estos lugares y, tanto María Jesús, como su hermana y cuñado, que son quienes regentan la Administración, tuvieron que pedir más.
"Lo que pasa es que la Lotería no está impresa y cuando la pides, hay que esperar, hemos estado 15 días sin lotería", expresa Sobrino. Mientras han estado vendiendo por terminal, pero "a la gente eso no le gusta". Al llegar la lotería que pidieron, se volvió a agotar.
"Estamos muy contentos, pero todavía no somos muy conscientes porque el trabajo ha sido muy intenso. Tienes la presión de que lo tienes que hacer bien para tener un prestigio y que la gente vuelva el año que viene", cuenta.
El fenómeno de la Lotería ha supuesto un incremento "brutal" del turismo en la zona, según explica el alcalde. En muchas ocasiones, la compra de décimos ha sido "la excusa perfecta" para visitar el Valle de Baztan.
"Desde que se publicaron los libros de Dolores Redondo, la Trilogía del Baztan, se notó que venía más gente, pero con la pandemia ya se ha visto que la gente opta por el monte frente a la playa", explica Bazterrika, aunque reconoce que "la Lotería ha sido el boom definitivo".
María Jesús Sobrino y su hermana aprendieron de su padre. "Solíamos hacer con él toda la regata del Bidasoa y nos decía que algún día llenaríamos esto de millones", cuenta para referirse a que este año "hay más posibilidades que nunca", ya que han vendido mayor número de décimos.
"Mi hermana es una loca de la lotería. No es que compre mucha, pero siempre pone champán a enfriar para el día 22. Todos los años hace lo mismo, tiene mucha ilusión por dar el gordo", afirma. Reconoce que este año es especial la ilusión con la que afrontan el sorteo, pero tampoco se quiere hacer grandes ilusiones "que luego el batacazo es mayor".
"Este año ha merecido la pena solo el camino hasta ahora. Vendiendo lotería no te haces rico porque la comisión es irrisoria, y en Navidad más porque como se vende más, te dan menos", añade.
Bazterrika coincide con Sobrino en que "hay que afrontar el sorteo con los pies en el suelo". Las posibilidades de repartir un gran premio siguen siendo muy pequeñas, aunque reconoce que "sería la guinda del pastel".
"La ilusión no nos la va a quitar nadie nunca", asegura un alcalde que tiene claro que "lo bonito ha sido ver cómo se ha vendido este año y que Elizondo se ha puesto en el mapa de mucha gente".
