villava/atarrabia - La Coral San Andrés ofreció su tradicional concierto en el día grande de Villava en honor a la Virgen del Rosario. Un total de 45 coristas llenaron con su voz e implicación la parroquia de San Andrés en el evento que más aceptación y más gente acude durante los ocho días de fiesta entre los vecinos de la comarca. Sin duda, llegar con tiempo de sobra se ha convertido estos últimos años en requisito indispensable para tener un buen sitio desde el que ver y escuchar el concierto, al mismo tiempo que los músicos afinan sus instrumentos desde la parte interior de la parroquia.

El director de la Coral es el músico villavés, Máximo Olóriz Gorraiz, sobrino del impulsor del coro en los años cuarenta Máximo Olóriz Bueno. Sin embargo, ayer dirigió el evento de manera excepcional, al encontrarse Olóriz indispuesto, el pamplonés Mikel Donazar con un repertorio de zarzuela y ópera que cautivó a los asistentes desde el principio. Donazar reconoció que “es un honor dirigir uno de los eventos más emblemáticos de las fiestas de Villava y un privilegio poder participar”. Además, explicó que para mantener el equilibrio entre el coro y la orquesta: “Hay que trabajar la flexibilidad y la escucha por parte de todos para tratar de crear un bloque sonoro único. En los ensayos previos homogeneizamos todas las dinámicas para que el bloque sea más integrador”.

La Coral San Andrés contó con la participación del tenor Víctor Castillejo, la soprano, Laura Setuain y los barítonos Pedro del Burgo y Juan Miguel Magdaleno. El presidente de la coral, Jesús María Azparren Garciandía lleva 53 años como integrante de la formación y relató que este año cumplieron 88 años como grupo desde que comenzaron su andadura en 1931 : “El concierto durante las fiestas es lo que ha perdurado siempre y el evento al que más gente acude”, puntualizó. La sutileza, la delicadeza y la búsqueda de la perfección destacaron en el evento en pleno centro de Villava. Juan del Burgo y Javier Eransus fueron los encargados de abrir, por séptimo año, la ceremonia al llevar hasta el altar, a la virgen en brazos, que fue recibida entre los aplausos de los asistentes.

la procesión Cientos de personas acudieron a la procesión en el día grande de Villava para ver a la Virgen del Rosario recorrer las calles de la villa acompañada de la banda de música, la comparsa de gigantes y cabezudos y los txistularis.

Momentos antes, los vecinos más altos de Atarrabia descansaban en la Plaza Consistorial, la comparsa de cabezudos ultimaba los detalles de sus trajes y los txistularis asumían la responsabilidad de animar el ambiente en el día grande. Al salir de la iglesia parroquial San Andrés: “¡A ver si no nos llueve!” y “¡A ver si aguanta!” se convirtieron en las frases más comentadas instantes previos a que comenzara la procesión.

Los más pequeños continuaron siguiendo a los cabezudos tratando de llamar su atención. La txaranga EZK marcó el ritmo junto a los cabezudos y los gigantes de Atarrabia en la Calle Mayor donde se convirtieron en los protagonistas de la jornada ante la expectación y gran entusiasmo que despertaron entre los vecinos más pequeños.