Decía la activista y urbanista Jane Jacobs que las ciudades tienen la capacidad de proporcionar algo para todo el mundo, “sólo porque, y sólo cuando, se crean para todo el mundo”. Y es que aunque, casi de manera inevitable, cuando se habla de urbanismo y género se tiende -por lo general- a pensar en los nombres de las calles y en los puntos negros, pensar la ciudad en femenino es una tarea que va mucho más allá. No se reduce a un avenida del Ejército o Catalina de Foix, ni mucho menos, ni a poner cuatro farolas para dotar de luz espacios oscuros. Es preciso pensar la ciudad desde la perspectiva de las necesidades específicas -en este caso, de las mujeres- y desde la perspectiva del cuidado.

Un grupo de investigadoras formado por Carmen Innerarity Grau, Lohitzune Zuloaga Lojo (ambas de la Universidad Pública de Navarra), Beatriz Acha Ugarte (de la Universidad del País Vasco) y Ana Sancho Martínez (asociación Bilbao Metropoli-30), ha realizado un trabajo que analiza en qué medida los ayuntamientos de Pamplona y Tudela están incluyendo la perspectiva de género en sus políticas de desarrollo urbano - a partir del Programa Habitat de Naciones Unidas-, con las que han ido analizando los planes de Igualdad y de Urbanismo de ambos municipios, y que complementaron con entrevistas a las personas directamente implicadas en sus desarrollos.

En busca de una urbe más sensible e inclusiva, han tenido en cuenta no sólo los entornos seguros y la visibilidad simbólica de las mujeres en la ciudad, sino también una planificación para la que es necesario reconocer que las mujeres asumen mayoritariamente las tareas de cuidado, programar medidas específicas en materia de vivienda y transporte (aumentar la frecuencia de paradas o iluminarlas mejor) o reforzar la comunicación entre el personal técnico de Urbanismo e Igualdad, entre otros aspectos.

“Cuando se produce el gran desarrollo urbano la mujer todavía no se ha incorporado al espacio público, es una época en la que las ciudades se diseñan con la idea de que son los varones los que van al trabajo, y las mujeres mayoritariamente se quedan realizando tareas de cuidado. Hay unos espacios en los que se trabaja y otros en los que se cuida”, explican Innerarity y Sancho, que recuerdan que, posteriormente, cuando la mujer se incorpora a ese espacio laboral, la ruta de unos y de otras no es similar: como norma general, un varón acude del trabajo a su casa y de su casa al trabajo, es un recorrido muy lineal.

“Nosotras (también como norma general), vamos de casa a llevar a los niños al colegio. Luego al trabajo, luego a cuidar, por ejemplo, de la madre o el padre, o a llevarlos al centro de salud, hacer la compra, volver al trabajo… Todo ese tiempo que la mujer invierte en desplazarse de un espacio a otro, del espacio del trabajo al espacio del cuidado, no es el mismo que el de los hombres. No es que ellos ganen más o menos, lo que ocurre es que mientras una mujer se dedica a transitar de un espacio a otro, un hombre puede estar haciendo méritos para conseguir un salario más alto. Y eso explica, en parte, la brecha salarial”, valoran.

Espacios diferenciados

En su trabajo tratan de ver cómo las ciudades pueden ser conciliadoras, “ojo, no sólo para las mujeres, sino para varones y mujeres. Que podamos transitar entre los diferentes espacios”. Van más allá de la perspectiva de género para considerar cómo pueden influir esas causas que provocan las desigualdades y minimizarlas. “Las ciudades se han construido teniendo en cuenta las necesidades del hombre. Les favorece porque son los que, de hecho, han accedido primero a ese espacio público”, indican.

Partiendo de esa idea, el análisis se centra en la necesidad de atender a las condiciones específicas de las mujeres -sobre todo, en lo que se refiere a las tareas de cuidado-, conocer si realmente las mujeres disponen de canales para participar en el diseño de la ciudad, si existen canales de comunicación o si se recogen indicadores por género. El proyecto, que cuenta con financiación de la Fundación Obra Social “la Caixa”, Fundación Caja Navarra y la UNED, forma parte de un proyecto más amplio en el que se han analizado otras ciudades como Bilbao, San Sebastián, Zaragoza, Barcelona y Málaga.

En él se centran también en promover la unión entre espacio público y espacios de cuidado, por ejemplo, a través de bancos de tiempo, la asignación de recursos para cubrir necesidades de cuidado, la firma de un Pacto Local por la Conciliación, las acciones de sensibilización y formación para valorar los cuidados y la conciliación responsable o la ampliación y flexibilidad de los horarios de los servicios.

Frente a un urbanismo con perspectiva de género a la manera tradicional “apostamos por un cambio más profundo en los valores que generan desigualdad y por medidas que hagan más porosas las fronteras entre lo público y lo privado, puesto que ahí radica una de las principales causas de la desigualdad entre hombres y mujeres”. Lo importante, dicen, “es el compromiso de las personas técnicas que trabajan en esos planes, y el compromiso político real de quien está al frente de los departamentos de Urbanismo y de Igualdad para desarrollarlos, dotarlos de recursos económicos y humanos”. Reconocen las expertas que Pamplona tiene un plan de Igualdad “que está niquelado, trabajadísimo, y los técnicos y técnicas están muy concienciados”. Asimismo, es de destacar la implicación y sensibilización en materia de igualdad de género y no discriminación del personal al servicio de las administraciones públicas de ambos ayuntamientos

Esta iniciativa pretende ser además una hoja de ruta para llevar a cabo las ciudades del futuro: “Sería lo ideal, porque sería una forma de revalorizar el cuidado. También muchos hombres cuidan pero es algo bueno para todas las personas, queremos conseguir eso. Y que la conciliación salga del ámbito privado al público, político. Esa reflexión se necesita también desde quien planifica la ciudad”, esgrimen, y aseguran que “no se puede hacer una ciudad fantástica pero que luego no sea vivible. Queremos hacer ciudades vivibles, reales en las que puedas cuidar y que te cuiden”.