Los vecinos de la calle Errota (Berriozar) han alzado la voz por lo que consideran una vulneración de su calidad de vida. Consideran que la construcción de un bloque de pisos en Nuevo Artica (zona de Etxebakar), en el término municipal de Berrioplano, se realizará tan próxima al suyo, privándoles de luz natural y aumentando sus consumos. “Gastaremos más en electricidad y calefacción”, lamentan los vecinos, reunidos ante las vallas de los que, a no mucho tardar, serán sus vecinas y vecinos. Un edificio, dicen que tendrá una planta más que el suyo.

Estos siete portales de la calle Errota, 70 viviendas en total, se topan con un problema dado por las decisiones de dos ayuntamientos más de diez años atrás. El plan urbanístico de Artiberri (Berriozar) data del 2005, mientras que el de Etxebakar (Berrioplano) es de 2010. En el primero, las viviendas llegaron hasta el mismo límite entre los dos municipios, y ahora lo hará el segundo.

Los afectados piden una solución a los ayuntamientos implicados. Un replanteamiento de la zona que les de una solución, y mantenga unas distancias similares entre bloques a las de viviendas de su entorno.

El 2 de febrero de 2021, una representación vecinal tuvo una reunión con los dos alcaldes actuales de ambas localidades, pero no fue fructífera. “Básicamente Berrioplano nos dijo que no había nada que hacer”, expresan desanimados los vecinos en un encuentro con este periódico.

Poco margen

El alcalde de Berrioplano, Raúl Julio Bator, reprocha que fue Berriozar quien decidió urbanizar hasta el mismo límite. “Ahora parece que Berrioplano es el culpable”, expresa Bator. “El problema fue creado por Berriozar y tendrían que haber rectificado ellos”, añade.

En el otro lado, Raúl Maiza, primer edil de Berriozar, lamenta que la situación apenas tenga posibilidad de poder revertirse. “Berrioplano tiene espacio de sobra para construir, podría haber distribuido las zonas verdes en esa zona para igualar a las parcelas del entorno, pero decidió lo contrario”; relata Maiza, añadiendo que a su juicio “Berrioplano va a cometer el mismo error que cometió Berriozar en su momento”, explica el alcalde, aludiendo al plan urbanístico del gobierno municipal de la coalición PSN-UPN.

“Nos dijeron que entre parcelas habría una calle pequeña de 3 metros, y que igual se podría cerrar, pero pedimos en lugar de 3 sean 10 metros al menos”, explican los residentes. Los alcaldes sostienen que entre fachadas (sin contar las parcelas de los bajos) habrá 16 metros de distancia.

Sobre el plan aprobado en el 2010, en el que se contemplan un total de 1.424 viviendas. “Hay parcelas municipales y otras compradas por promotoras. Es imposible modificarlo porque todos los proyectos están hechos y también las empresas las compraron con unas condiciones”, destaca el alcalde de Berrioplano.

Los vecinos están decididos a intentarlo hasta el final. “Nos estamos moviendo con la administradora y en comisiones de vecinos”, afirman, sin descartar la idea de ponerlo en manos de abogados.