Para quien se ha paseado por la avenida Comercial, una de las arterias principales de Barañáin, es cierto que impresiona ver las excavadoras trabajando a pleno rendimiento. Rompiendo las baldosas y el suelo, reduciendo a escombros esas rampas y escaleras rosas y blancas que formaban parte de la estampa habitual en la que se conocía, antaño, como la zona de los prefabricados. La de Parque Belagua, en la que viven 627 vecinos que durante años han pedido una solución en un espacio en el que las filtraciones de agua en los garajes y los enormes charcos en la plaza han sido una constante. Una demanda a la que por fin se dará respuesta, aunque no de la manera en la que a ellos y ellas les habría gustado.

Hace ya dos años que el pleno del Ayuntamiento de Barañáin aprobó el convenio con los afectados para llevar a cabo las obras de reurbanización de la 2ª fase de la avenida Comercial, con un coste de 1,2 millones de euros y gracias a un acuerdo que conlleva la ejecución de los trabajos de manera simultánea, tanto para reformar y rejuvenecer esta zona como para resolver las inundaciones de los garajes. Ya entonces desde la oposición criticaron la falta de información sobre las obras e incluso reprobaron al edil de Urbanismo y demandaron una sustitución al frente del área.

Tampoco a los vecinos, tal y como denuncian, se les ha dicho nada: “Fíjate si están cerca, con el Ayuntamiento a dos pasos, y no se han dignado a pasar por aquí. Ni a contarnos nada. Hemos pedido reuniones, hemos intentado ir al pleno… Y nada. A Eulza sí que van, a la urbanización. Nosotros llevamos años reclamando una solución y han metido las excavadoras prácticamente sin avisar”, critican. Cómo va a quedar la plaza, dicen, es la pregunta del millón. “Les hemos pedido el proyecto, queremos saber qué van a hacer, y no nos han enseñado ni un plano”.

Hace ya un mes que comenzaron las obras -durarán seis, en principio- y recuerdan que, en la pasada legislatura, antes de iniciar los trabajos en la plaza de los Fueros y la primera fase de reurbanización de la avenida Comercial, “llevaron a los vecinos al colegio y les explicaron cómo iba a ser todo. Compartían ideas, pareceres, y les daban su opinión”, señala Miguel Idoate, vecino afectado. “Aquí empiezan cuando quieren, no pintamos nada para ellos, y resulta que somos los socios porque vamos a medias”, se quejan.

El convenio establece que los vecinos asuman el coste de las obras que corresponden a los garajes -con 217 plazas que son privadas-, y el Consistorio se encarga de la superficie, de arreglar la plaza. Lo hará también gracias a una subvención de 900.000 euros que provienen de ayudas de los Fondos Europeos a las que pudo acceder por poco, después de aprobar in extremis el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que era obligatorio. Fue el penúltimo municipio de la Comarca en hacerlo, el año pasado en un pleno extraordinario y con los únicos votos a favor de EH Bildu y Podemos (6). El resto (Navarra Suma, Geroa Bai y PSN, que suman 13) se abstuvieron.

Los vecinos y vecinas llevan desde 2017 reclamando medidas. Regina Campillo, que no es propietaria de garaje pero sí vecina, valora que ha faltado “transparencia, participación y consenso. Se supone que los vecinos deberíamos estar informados. Hay también empresarios, comerciantes que tienen bajeras… Falta el plan urbanístico, no sabemos qué se va a hacer. Se han pedido reuniones y nos las han negado -lamenta-. La alcaldesa tiene que escuchar al pueblo y responder a sus necesidades, tenía que haber sido algo consensuado”. También Maite Izco explica que “las relaciones con el Ayuntamiento no han sido buenas, hemos sido un cero a la izquierda desde el principio. Les hemos pedido el proyecto por activa y por pasiva y no se nos ha enseñado nada”.

Multas por sacar el coche

La suya es una plaza privada de uso público y critican que el Ayuntamiento “ni siquiera ha recepcionado las obras”. Y a punto han estado, cuenta Dioni Pérez, “de ponernos un baño público en medio de la plaza. Creemos que no es el lugar más adecuado, están las salidas de los garajes, es una zona por la que transita muchísima gente, en fiestas pasan los gigantes… Hemos recogido 300 firmas para pedir que no lo coloquen, las tuberías irían a los garajes y ya tenemos bastantes problemas”, señalan.

Por si fuera poco, tal y como denuncia Idoate, “empezó la obra, cerraron, no hablaron con nadie y nos pusieron un cartel para sacar los coches del garaje, que son más de 200. Tuvimos que pagar la tarjeta de residentes para poder aparcar fuera esa noche, pero a algunos se nos olvidó sacarla y se han inflado a poner multas. Hemos reclamado con el justificante, pero nada”, critica. Antonia Vico apunta que ella, que tiene alquilado el garaje, no se enteró. “No avisaron de nada, hay gente mayor que tiene el coche pero no baja al garaje. No se dignaron ni a ponerlo en los portales”.

La plaza, antes de que comenzaran las obras, encharcada tras las lluvias. FOTO: cedida

Esperan, eso sí, que una vez que finalicen las obras consigan una plaza mucho más accesible. “No creo que se pueda salvar el desnivel, pero hacía falta una actuación”, coinciden Benito De Lacalle, Ángel García y Jesús Olazarán, también vecinos. Censuran las formas pero asumen, como todos, que a esta parte de la avenida Comercial le hacía falta un lavado de cara. Y parece que para eso ya queda menos.