estella-lizarra - “Queremos daros un fuerte abrazo a la familia Odria, sois parte de nuestra historia”. Con estas palabras cerró ayer el presidente de Irujo Etxea, Koldo Viñuales, el acto de entrega del premio Manuel Irujo, que este año recayó en las hermanas Odria, Lucía y Puy, estellesas nacidas hace 87 y 93 años y que fueron víctimas en su niñez de la guerra civil, el franquismo, los nazis y también de las muchas humillaciones que sufrieron en la Casa de la Misericordia cuando quedaron huérfanas.

La vida de esta familia estuvo marcada por la mala suerte, unida a la crueldad y la sinrazón de franquistas y nazis. La historia de los Odria comenzó en la calle Carpintería de Estella donde el padre, Antonino, tenía un taller, ya que era artista. Por motivos profesionales, la familia se trasladó a Bilbao, donde murió la madre, Braulia Larrión, al no ser atendida en un hospital cuando enfermó estando embarazada. Después estalló la guerra civil y el padre, que se había vuelto a casar, se alistó en el ejército republicano. Tras la caída de la zona norte y de Catalunya en manos de los franquistas, el padre con sus cuatro hijos (Lucía, Jesús, Alicia y Puy) y el niño de su mujer (José), se exilió a Francia, donde la familia fue separada en diversos campos de acogida. Posteriormente, en 1940, los reagruparon y los metieron en un tren, que resultó ser el primer convoy de civiles hacia al campo de concentración de Mauthausen, donde se quedaron el padre y su hijastro y donde en 1941 fueron gaseados. A los otros cuatro hermanos los dejaron en el tren. Tras varias vicisitudes volvieron a Estella, donde su vida tampoco fue sencilla por cómo les trataban las monjas en la Casa de la Misericordia. De hecho, el niño murió de tuberculosis.

las premiadas Ayer Lucía y Puy Odria regresaron a Estella a recoger el premio Manuel Irujo y se llevaron también el cariño de un salón de actos a rebosar. “Me da mucha alegría estar aquí. Yo soy de Estella y lo seré toda mi vida. Estoy emocionada”, explicaba Lucía Odria tras el aurresku que les bailaron. Su hermana Puy explicó que es muy difícil reparar el sufrimiento que vivieron tanto en el exilio como en su regreso a Estella. “Entonces necesitábamos una ayuda que no tuvimos”, explicaba. Ella recuerda perfectamente su infancia y determinados momentos los tiene grabados en la memoria, como cuando se llevaron a su padre y a José. “Estábamos en un vagón que tenía unas ventanas arriba y vimos cómo se los llevaban”.

Koldo Viñuales reconoció ante los presentes que, hasta ahora, pocas personas en Estella-Lizarra conocían la historia de la familia Odria y que con la entrega de este premio “se quiere reconocer vuestro valor y esfuerzo por rehacer vuestra vida. Los aquí reunidos os queremos acoger en la vieja Lizarra que nunca os debió haber olvidado”, les dijo. Además, Irujo Etxea hace extensivo este reconocimiento a todas las personas que vivieron circunstancias similares y a las mujeres “sin rostro” que fueron víctimas de estos horrores.

En el acto habló la hija de Lucía, María Puy Redondo, quien puso en valor la capacidad de sufrimiento de su madre y sus tías. “Las mujeres de nuestra familia supieron sobrevivir y resistir a todas las vicisitudes impuestas, dando además testimonio de todo ello y contagiando con su ejemplo a su entorno”, señaló.

Uno de los premiados en otras ediciones, Josu Chueca, detalló el contexto histórico en el que vivió la familia Odria y aportó datos de gran interés sobre cómo era ese exilio, algo que no dudó en calificar como “una muerte civil”.

fichas Además, Chueca recordó que Manuel Irujo y su familia, al igual que miles de personas, también tuvieron que exiliarse y remarcó que en la labor de recuperación de la memoria histórica que se está haciendo, los exiliados están todavía “marginados”. Chueca aportó datos muy importantes y mostró una imagen de las fichas de internamiento de Antonino y José en los campos de acogida y concentración.

En el acto, en el que intervino la coral Ereintza, habló también Ana García, que pertenece a la asociación Antzinako, de genealogía vasca e historia local. Ella, que conoce a fondo la vida de la familia Odria, relató detalles que ha obtenido de sus investigaciones y de los testimonios de María Puy y Lucía.

Entre el público estuvieron representantes políticos y sociales como María Solana, Manu Ayerdi, Unai Hualde, Koldo Martínez, Josu Erkoreka, Juan Mari Atutxa, José Antonio Rodríguez, Mikel Aranburu, Gorka Bariandiaran o Izaskun Bilbao. También concejales de Estella, con el alcalde Leoz a la cabeza; de la Federación de Ikastolas, Josu Repáraz y de la ikastola de Estella, Iosu Sueskun e Íñigo Ugarte. No faltaron las familias Odria e Irujo y miembros del Euskadi y del Napar Buru Batzar.