Si es cierto que la frase mucha mierda trae suerte en el teatro, el grupo Anea, de Viana, lleva cosechando mucha durante 25 años. Acaba de volver a las tablas después del parón por la pandemia. El año pasado quería haber celebrado su cuarto de siglo de andadura en el escenario, pero el Coronavirus lo impidió. El grupo de teatro, integrado por mujeres, siempre hace coincidir sus estrenos con una fecha cercana al Día Internacional de la Mujer. Y este año volvió a ser así.

Los días 12 y 13 de marzo interpretaron la obra Los árboles mueren de pie, de Alejando Casona. “Nos dio un poco de miedo decidirnos por esta obra, porque es bastante larga y el tema más serio de lo que tenemos acostumbrado a nuestro público. Pero salió muy bien y estamos muy satisfechas”, explicaba Isa Garayoa, la directora del grupo. Teníamos ganas de volver a escena. “La obra anterior, Toc-Toc, no se nos quedó en cartera por poco. La interpretamos y a los cinco días nos confinaron”, añadía Garayoa.

La vuelta a las tablas contó también con un momento emotivo ya que, las actrices rindieron homenaje con un vídeo de recuerdo a dos compañeras fallecidas este año: Mari Cruz Jubera y Tere Sainz. Como sucede cada vez que el grupo sube a las tablas, volvieron a completar aforo. A los pocos días de salir las localidades a la venta, ya se colgó el cartel de ‘no hay entradas’ para los dos pases.

Las actrices reconocen que son muchas las horas que dedican a preparar cada actuación, pero les merece la pena. “Es muy gratificante saber que todas las entradas se venden enseguida, o que entremos a un bar y la gente se arranque con un aplauso y que nos paren por la calle para felicitarnos”, decían.

Pero su satisfacción no está solo en el día del estreno, sino también en los ratos que pasan durante los días de ensayos. Merche Díez es la última integrante que se sumó al grupo, nunca había hecho teatro, pero entró con ganas y afirma que está “encantada de la vida y me siento como una más del grupo, aunque lleve menos tiempo. Estoy a gusto y disfrutando mucho”.

Esther Mendaza es una de las mujeres que lleva los 25 años como parte del elenco y recordaba cómo han cambiado las cosas en tanto tiempo. Ahora disponen de focos, sonido, cámara negra y las comodidades que les proporciona el ayuntamiento de Viana, pero las cosas no siempre han sido así. “Hasta hace muy poco teníamos que hacernos nosotras la propia estructura del escenario. Primero con unas cuñas de madera, luego con unos perfiles de hierro y telas que había que planchar… Pero aquello también tenía su encanto”, comentaba.

De cualquier modo, son las propias actrices las que se siguen encargando del atrezo, el vestuario, cartelería, etc. y recurriendo a personas voluntarias para el maquillaje y las caracterizaciones. “Nuestros familiares entienden la dedicación y las horas que metemos cuando ven la puesta en escena”, argumentaba una de las actrices.

Muchas anécdotas

25 años sobre el escenario dan para mucho y las actrices pueden contar infinidad de anécdotas. Se reían recordando el día que una de ellas tuvo que orinar detrás del escenario, en la palangana del maquillaje, porque para ir al baño tenía que salir en medio del público, en plena obra.

Otro de sus recuerdos era el del pantalón que tenían que compartir dos actrices y que se iban turnando. Cuando una estaba en escena, la otra esperaba en paños menores detrás del escenario.

El repasar hasta última hora tiene sus peligros y eso llevó a que en una ocasión, una de las actrices saliese al escenario, tropezando, en zapatillas de casa y con las gafas con las que estaba leyendo la obra.

Estas mujeres lo que quieren es actuar y están encantadas de ir a cualquier localidad en las que las llamen. Esto les ha llevado a interpretar en los escenario más peregrinos. En una ocasión tuvieron que actuar en el presbiterio de una iglesia y el suelo resbalaba tanto que una de ellas se tuvo que poner esparadrapo en los zapatos. Otra vez, les tocó unir varias mesas de bar con brindas para improvisar un escenario en el que actuar.

Aseguran que lo que les gustaría ahora es poder interpretar la obra en otros lugares. “Después de tanto trabajo, sería una pena no repetir la obra en otras localidades, como hemos hecho otras veces, y que la gente pueda disfrutar con nuestra actuación”, argumentaban.

Enseguida tocará elegir la próxima obra. Según la directora, es lo más complicado. “No tenemos hombres en la compañía y es muy difícil encontrar obras sólo de mujeres, creo que hemos hecho casi todas las que hay. Por eso, a veces, tenemos que caracterizarnos de hombres”, explicaba.

Las actrices que han integrado el grupo en esta última obra son: Esther Mendaza, Clara García, Merche Díez, Laura Garayoa, Carmen Sáinz, Sara González y Ana Mª Izquierdo, bajo la dirección de Isa Garayoa.

Y en su trayectoria interpretativa cuentan con obras como: Toc-Toc, Las Kelim, La Casa de Bernarda Alba, Usted puede ser un asesino, Ocho mujeres, Ay mi abuela, Melocotón en almíbar, Los caciques, El gobierno de las mujeres, El señor vestido de violeta, etc.