pamplona - El Ayuntamiento ya ha remitido al juzgado los informes elaborados por los incidentes ocurridos en la madrugada del sábado en la calle Jarauta, donde fue agredido un hostelero, a efectos de que sean incorporados al procedimiento abierto para el desalojo de varias viviendas municipales que permanecen ocupadas de forma irregular desde hace un tiempo.

Los primeros datos indican, a expensas de que concluya la investigación oficial que está llevando a cabo la Policía Municipal de Pamplona, que algunas de las personas que residen en este edificio, ubicado en el número 13 de la citada calle, están detrás de la violenta agresión sufrida por el dueño del bar Katu.

La reacción vecinal no se hizo esperar y fue multitudinaria en apoyo del agredido, por parte de un vecindario que no es la primera vez que se enfrenta a problemas de convivencia con estos okupas. En abril, una joven denunció haber sido víctima de una violación grupal y recientemente se convocó una concentración de vecinos, colectivos, comerciantes y hosteleros de la calle Jarauta y del resto del Casco Viejo en la que acusaron a los ocupantes de causar inseguridad en el barrio y vender drogas.

Otro de los incidentes más graves registrados en el inmueble de la calla Jarauta ocurrió el pasado 29 de mayo, cuando agentes de Policía Nacional detuvieron a dos de los supuestos okupas como presuntos autores de los delitos de amenazas graves con arma blanca y de allanamiento de morada contra otros de los ocupantes. Una patrulla fue alertada por los gritos de una mujer que, desde un balcón del edificio, pedía auxilio presa de una gran agitación gritando que unos vecinos habían entrado en su domicilio rompiendo la puerta de su habitación, y que estaban agrediendo a su pareja sentimental con palos y cuchillos.

Ante la gravedad de los hechos los agentes solicitaron apoyo de sus compañeros de Seguridad Ciudadana y tras acceder a la vivienda, la mujer les indicó que las personas que estaban agrediendo a su pareja habían roto la puerta de su habitación y les habían amenazado con palos y cuchillos a ambos diciéndoles que los iban a matar. Los agentes detuvieron los dos presuntos agresores, evitaron que prosiguiera la agresión e intervinieron los palos y cuchillos, mientras que ambas víctimas fueron trasladadas a un centro médico.

Además de estos dos episodios que han acabado en el juzgado, agentes de la Policía Nacional de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana han tenido que intervenir en los últimos meses en al menos otras tres ocasiones por incidentes relacionados con las viviendas ocupadas en el portal número 13 de la calle Jarauta, normalmente por conflictos con otros vecinos. En estos casos, la presencia policial en el lugar fue suficiente para que los incidentes no pasaran a mayores y no se llegaron a tramitar diligencias.

por el desalojo El Ayuntamiento inició los trámites para recuperar las viviendas de titularidad municipal ocupadas y poner fin a esta situación a principios de año. En enero se abrió una procedimiento judicial tras la denuncia presentada por el Consistorio en la que se informaba de que en el citado inmueble residían algunas personas de forma irregular, con la intención de que se adoptaran las correspondientes medidas judiciales que permitieran recuperar su uso.

Cabe recordar que el destino de estos pisos es su rehabilitación para dedicarlos a realojos de vecindario del Casco Viejo inmerso, a su vez, en procesos de rehabilitación de sus propias viviendas. Se trata de un proyecto a gran escala que el Ayuntamiento, a través de la entidad Pamplona Centro Histórico (PCH), para rehabilitar los edificios más deteriorados del barrio.

El dueño del bar Katu fue encontrado inconsciente después de recibir una paliza que le dejó heridas sangrantes en el rostro y el pómulo roto. El suceso se produjo en torno a las 4.00 horas de la noche del viernes al sábado y, al parecer, según relataron testigos presenciales, se originó después de que varias personas salieran en tromba del edificio del número 13, donde era perceptible un fuerte olor a gasolina.

Según las mismas fuentes, varias de esas personas golpearon con fuerza la puerta del bar hasta tirarla abajo y posteriormente golpearon al dueño, que se encontraba solo en el establecimiento.

A las 22.30 horas del sábado se celebró una concentración frente al citado edificio a la que asistieron cientos de personas reclamando más seguridad y contra el tráfico de drogas. Durante el acto se produjeron varios momentos de tensión ante el intento de algunos manifestantes de desalojar a los ocupantes por la fuerza, aunque la labor de los agentes municipales desplazados al lugar evitó que la situación generara nuevos altercados.

Paralelamente, varios locales y bares de la zona cerraron durante una hora por la noche en solidaridad con el herido, al mismo tiempo que reclamaban más seguridad.

A primeras horas de la mañana del domingo, varias dotaciones de la Policía Municipal se personaron en la calle Jarauta para instar a los okupas a abandonar de forma voluntarias las viviendas. Algunos lo hicieron, pero otra media docena decidieron permanecer ahí ante la imposibilidad de proceder a su desalojo mientras la autoridad judicial no lo determine. Según las informaciones facilitadas a este periódico, el atestado contiene varios informes y recoge varios testimonios recogidos en el lugar y las circunstancias de lo sucedido. De momento, el agredido no ha puesto denuncia.

crítica policial Los sindicatos AFAPNA, CCOO, SIPNA, SPMP, SPPME y UGT han denunciado en un comunicado conjunto “la situación vivida por los policías municipales que participaron en la protección del edificio” y acusan al Ayuntamiento de no haber actuado antes. - D.N.