pamplona - Una curiosidad que todavía no ha contado Jesús Garisoain. “Cuando jugaba en el San Juan en juveniles, Osasuna me llamó para hacer una prueba. No tuve un día bueno y no la pasé”. A partir de ahí, se propuso centrarse en la música, en el clarinete, y en su carrera profesional en la banda. Y 35 años después ha sido la música la que (otra vez ante Osasuna) le va a permitir el que será uno de los mejores momentos de su vida: lanzar el cohete de las fiestas de San Fermín. Y ya no duerme.

El subdirector de la banda ni se imaginaba lo que le estaban preparando sus compañeros. Fue el lunes por la noche cuando le comunicaron que la junta directiva le había elegido como el representante de la banda para prender la mecha del Chupinazo, después “de consultar” uno a uno a los músicos. “Todos lo sabían a mis espaldas y no me habían dicho nada”.

“¿Por qué a mi? Pienso que por mi forma de ser, por mi sencillez y un poco la empatía que tengo con la gente”, confiesa, y añade que desde entonces “estoy muy nervioso y emocionado, por los agradecimientos y por todo lo que te dice la gente. Soy muy poco de expresar las emociones, pero cuando me voy camino de casa y me da por pensar, se me escapa una lagrimilla”.

Este pamplonés de 52 años es uno de los veteranos de la banda. Hace 35 años, cuando apenas tenía 20, accedió a la agrupación como educando, lo que venía a ser “la figura del aprendiz”. No venía de familia de músicos, sino que fue un amigo el que le metió en el grupo. Iba a clases particulares “con Juan Ignacio Escribano y su padre ya tocaba en la banda. Entramos de su mano, y todavía los dos seguimos ahí”.

ELEGIDO POR GARCÍA CERDÁ En 1987 aprobó y entró en la banda como clarinete, aunque el destino le tendría guardada otra sorpresa, de la mano del histórico director de la banda Ricardo García Cerdá. “Él nos enseñaba la técnica de dirigir y organizó una pequeña oposición para subdirector. Y me eligió a mí”. Desde 1991, Jesús Garisoain es la segunda batuta de la banda municipal La Pamplonesa, y entre él y Vicent Egea se reparten las direcciones. Para él dirigir tiene algo único: “Tocar y dirigir son totalmente diferentes, pero con la batuta puedes aplicar un poco tu forma de ser a una pieza musical. Puedes plasmar tu visión personal, en los tempos, en los equilibrios y las intensidades”.

Su visión personal y su carisma. Porque, a pesar de confesarse “muy tímido”, Jesús Garisoain afirma que dentro del traje de la banda y con la batuta en la mano se vuelve loco. “Me encanta el contacto directo con la gente, y cuando estoy ahí, en las dianas por ejemplo, me transformo y del tímido sale otro personaje”. Así que le pueden poner una gafas, un gorro o lo que sea encima: “En San Fermín disfruto muchísimo. La gente es muy agradecida, y si un día, hay que correr más, pues voy más rápido y me siguen”. Y él se siente como el flautista de Hamelin, como se sintió en el Arena ante 7.000 críos: “Esos txikis han aprendido la música de San Fermín, y ya son siete mil potenciales asistentes a las dianas del futuro”, bromea.

40 horas de trabajo se lleva a la espalda un músico de La Pamplonesa, a razón de cuatro al día, y que van desde la madrugada hasta que acaba la corrida. “Y más si hay días especiales como el del Riau riau”, detalla. Pero este año se le van a multiplicar las horas de trabajo: “No está hablado ni quién me va a acompañar de la banda, pero yo necesitaré que estén los 49 detrás mientras tiro el cohete, si no salgo corriendo”. Sí espera también que su madre y sus hermanas vivan su momento, esa “experiencia que para uno de Pamplona es lo máximo, la que todos quisiéramos vivir...”.

Y como dice la canción, “cada día falta un poco menos”. Incluso ha pensado en el atuendo. Irá “de pamplonica, como marca el protocolo”, y cuando baje a tocar la Biribilketa “ya me pondré el traje de la banda”. Tan nervioso como cuando muy joven dio su primer concierto como director en la Sala de Armas de la Ciudadela.

“Una vez que coges la responsabilidad de las dianas es lo más y lo que pasa en las dianas se queda en las dianas”

“De dentro de este tímido, cuando me pongo el traje de la banda, sale otro personaje”