La parroquia de San Lorenzo de Pamplona presentó ayer un vídeo cargado de emoción con motivo de la suspensión de las fiestas de San Fermín. El trabajo, tal y como destacaron sus promotores, invita a hacer una reflexión acerca del significado de San Fermín para todos y cada uno de nosotros, y está abierto tanto a los feligreses de la parroquia como a familias y a gente joven en general. Pretende hacernos reflexionar sobre lo que cada uno va a echar de menos durante estas fechas. El párroco Javier Leoz aseguró que San Fermín y las fiestas tienen un significado diferente para cada uno: "Hay personas que apelan más al santo y otras que centran más su atención en el aspecto lúdico de las fiestas", explicó. En este vídeo el morenico se pone en valor como un símbolo que, independientemente de la ideología o creencia religiosa de cada individuo, nos une a todos los pamploneses y navarros. Y el hecho de quedarnos "huérfanos" de fiestas nos permite valorar aquello que nos falta y que también nos da fuerza.
Alrededor de 200 personas acudieron ayer al visionado de esta iniciativa, disponible en redes sociales. Jesús Ayala, participante del proyecto, quiso agradecer a la productora, Rodamos Films, a los encargados de la parte técnica del producto audiovisual, Fermín García y Alex Kosarim, y a los actores que participaron en el vídeo de dos minutos: Javier Munárriz y Mari Cruz Corral. Según manifestó, el vídeo "nos va a llenar de emoción, de orgullo, de recuerdos", pretende evocar lo que para cada uno significa San Fermín, en su caso como "un referente de "fe", y "un reto diario para amar y servir a los demás, que genera la alegría suficiente para vivir ocho días con intensidad. Con nuestras familias, amigos, con quienes más apreciamos... y también recordando con nostalgia a quienes nos acompañaron". El vídeo finaliza con un homenaje a todas las víctimas del coronavirus, "de Navarra y del mundo entero, y por supuesto a todas las personas que lo han combatido y que han estado al servicio de la sociedad". En el corto, Javier Munárriz, un corredor habitual del encierro, sale desde los corrales de Santo Domingo periódico en mano. En el recorrido aparece Mari Cruz Corral, quien le guiña un ojo, y Munárriz sigue corriendo hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento donde se detiene. El protagonista se enfrenta a un dilema: seguir el recorrido hasta la Plaza de Toros o cambiar su dirección hacia la parroquia de San Lorenzo. Decide ir hacia la iglesia, donde le pone un pañuelo rojo al santo. Termina con el eslogan "Siempre San Fermín".
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