El barrio de Ermitagaña-Mendebaldea ha podido disfrutar de campamentos urbanos durante el mes de agosto. La asociación infanto-juvenil y comunitaria Hazialdea ha sido la encargada de organizarlos desde las necesidades particulares del barrio.

Niños y niñas de 3 a 12 años han retomado las relaciones sociales en el barrio y la actividad física, han jugado en el espacio público, han conocido el huerto comunitario Loraldea y han adquirido hábitos de prevención e higiene. Las actividades se han realizado de lunes a viernes, de 9.00 a 14.00 horas y han acudido 33 menores y 8 monitores.

Con la convicción de posibilitar espacios socioeducativos y de juego estables en tiempo de pandemia, la prioridad ha sido, según explican, “reducir al máximo las posibilidades de contagio” con medidas como que los progenitores se comprometían a no enviar a sus hijos/as al campamento si tenían algún síntoma compatible con la covid-19 o habían estado en contacto con algún caso positivo, el monitorado “se comprometía de la misma manera y recibía previamente formación específica sobre medidas de prevención e higiene y protocolos de actuación”; durante todos los días se “vigilaba el estado de salud diario de todas las personas participantes”. Para evitar el contacto de grupos amplios, se organizaron “dos subgrupos de máximo 13 personas, monitorado incluido”. Todo ello, con mascarilla obligatoria e higiene de manos.

Las actividades se han realizado “al aire libre, en jardines, plazas y calles del barrio” y “los días de lluvia o mucho calor, se hacían en el interior de las instalaciones, en espacios amplios y ventilados”. Según explican, “no ha habido ninguna incidencia en el desarrollo de los campamentos y, sin duda, ha servido para contrarrestar los efectos del confinamiento para la infancia y la adolescencia”.

La asociación Hazialdea, creada en 2018 y que cuenta con un equipo técnico, ya está planificando actividades para este curso que posibiliten la “participación comunitaria y la convivencia” en el barrio.