Un 39% de los usuarios de coche en Pamplona desconoce la existencia de aparcamientos disuasorios en la ciudad, y, de hecho, solo el 9% de los conductores dice ser un usuario habitual de este tipo de estacionamientos. En la actualidad, hay en Pamplona 7 espacios con 2.014 plazas de parkings disuasorios, y su ocupación diurna es del 89,88%, mientras que la de la noche baja un 22,33% hasta un 67,55%. Si se le suma otro tipo de ubicaciones cuyo uso potencial es el de aparcamiento disuasorio (solares como Tajonar, Venta Andrés, calle Bardenas Reales o trasera Club de Tenis, entre otros) el número de plazas llega a 3.976.

¿Cuántos usuarios los utilizan a diario en Pamplona? Tomando como base este recuento global de 3.976 plazas, entre disuasorios tipo y potencialmente disuasorios, se estima que “actualmente utilizan estos parkings 4.809 usuarios al día”. Más aún, si, como viene anunciando el Equipo de Gobierno de Navarra Suma, la zona azul se extendiera a toda la ciudad, la demanda de estos estacionamientos del extrarradio subiría un 50% y podrían alcanzar los 7.240 usuarios.

Los datos se desprenden del Estudio integral del aparcamiento en Pamplona, su diagnóstico y demanda social, realizado por la consultora Blulain por encargo del Ayuntamiento de Pamplona, y resultan interesantes, ya que este servicio se puso en marcha en enclaves del extrarradio como una alternativa al centro de la ciudad a la hora de dejar el coche (sobre todo, para los que vienen de fuera de Pamplona, a trabajar o de compras, por ejemplo), pero, sin embargo, no acaba de convencer a los usuarios. De hecho, entre las razones esgrimidas para no utilizar este tipo de estacionamientos la principal es que “no está en su itinerario” para el 23% de los conductores. Este aspecto, destaca el estudio, “es muy importante tenerlo en cuenta dado que el uso del coche está muy condicionado por la optimización del trayecto al destino final”. Otros consideran mejor optar directamente por el bus (el 22%), un 19% no se lo ha planteado y otro 8% señala que “siempre está lleno”. Otras razones aportadas son que para ir al centro no usa el coche (5%), por comodidad (5%), por tiempo (3%) o hay un mal servicio de autobús al centro (1%), entre otras.

El estudio analiza, por ejemplo, los aparcamientos de rotación de Trinitarios I (descampado), con 190 plazas; Trinitarios II (intermodal bus), con 160; Trinitarios III (grúas) con 190; Cementerio, con 200 plazas, avenida de Zaragoza, con 411; avenida de Zaragoza (Miguel Astráin), con 263) y Biblioteca, en Mendebaldea, con 600.

90% de ocupación diaria En estos momentos, según los conteos, todos ellos superan el 90% de ocupación diaria, menos el descampado de Trinitarios, que solo llega a un 48,95% de uso diurno, y el 12,11%, de noche. En los meses de realización del estudio, comenzó a funcionar la zona azul en la Rochapea en enero de este año, un cambio que incidió muy significativamente en la ocupación del parking disuasorio de Trinitarios II. En concreto, mientras que en 2018 su ocupación era del 27%, en febrero de 2020 alcanzó el 100%. El índice de rotación medio “se sitúa en unos 2,17 vehículos por plaza y día”, que según consideran los analistas, “es un ratio óptimo para un aparcamiento disuasorio”.

Importante es también el la frecuencia de uso: un 45% de los usuarios dejan su coche más de una vez por semana, de los cuales además un 18% hacen uso casi diario del aparcamiento”, es decir, lo consideran ya un servicio básico de su movilidad habitual.

El estudio analiza más pormenorizadamente el intermodal de Trinitarios II. Observa que sería conveniente la aplicación de una tarifa diaria, y recuerda que tras la ampliación “este aparcamiento tendrá 500 plazas”. Respecto al estacionamiento del cementerio, también señala el estudio que debería contar con una tarifa diaria, y que se debería crear “una parada” de bus dentro del área de influencia, con las mismas líneas 8, 9 y 10, aumentando las frecuencias de paso.

La gratuidad de los aparcamientos disusorios es habitualmente considerada como un elemento que propicia el uso de éstos. Sin embargo, como se deduce de los estudios sociológicos, el precio no es el elemento más determinante en la decisión del uso del coche, y por tanto, del aparcamiento. No obstante, según concluye el estudio, “sí es importante aplicar tarifas de aparcamiento en orden inversamente proporcional al impacto negativo que tiene el uso indiscriminado del coche en la ciudad”. Al respecto sugiere que es importante “aplicar las tarifas más bonificadas (no gratuitas) en los aparcamientos disuasorios frente a otras opciones de aparcamiento.

MEJORAS PARA EL FUTURO ¿Cómo conseguir que los parkings disuasorios se conviertan en una alternativa de futuro, evitando que los coches entren al centro de la ciudad para aparcar? El estudio destaca que los aparcamientos disuasorios o DIS son “uno de los principales elementos reguladores del tráfico de vehículos en la ciudad”, y por consiguiente, “una herramienta de la gestión de la movilidad imprescindible”.

Pamplona dispone de una importante de parkings disuasorios, pero no obstante, “ofrece importantes posibilidades de mejora”. Mejorar la información, crear una red de ubicaciones amplia y que responda a las necesidades de los usuarios, además de estar bien conectado con el centro con una red de bus lo más cómoda posible son algunos de los aspectos a tener en cuenta. Es cuestión de voluntad.

Modelo de sostenibilidad. Para los analistas, “el aparcamiento disuasorio debe convertirse en la principal alternativa al desplazamiento en coche al centro de la ciudad”. Por cuestiones prácticas -obvio para las estancias largas si la zona azul se extiende a todo el centro- y por cuestiones medioambientales, porque los coches que no entran al centro no contaminan ni ocupan el espacio público del núcleo urbano.