Es el show de las galletas y en el escaparate se representa el ballet de El Cascanueces. Las figuras son tan realistas que generan confusión.

"Los clientes piensan que entran a una tienda de cerámica o de jarrones. Hemos pegado un cartel en el que se explica que las figuras son galletas", señala Patricia Ibáñez. dueña de The Cookie Show, el nuevo establecimiento de repostería creativa que elabora galletas decoradas. Levantó el telón el pasado viernes en la calle Francisco Bergamín, 31, de Pamplona.

Patricia, enfermera de profesión, se adentró en el mundo de las galletas hace 11 años. "Abrí un blog - www.experimentosconazucar.es-, la gente me empezó a escribir y me preguntaba si impartía clases. Al año, monté un taller de decoración de galletas en Zizur", relata.

Durante los siguientes cuatro años, compaginó su trabajo de enfermera a jornada completa con las clases, que impartía los fines de semana. "No solo era darlas, también había que prepararlas. Al final era demasiado y lo dejé aparcado con pena", reconoce. Pero nunca lo abandonó y el año pasado se cogió una excedencia para embarcarse en este dulce proyecto personal.

The Cookie Show confecciona las galletas decoradas casi únicamente por encargo. "Se debe avisar con unas cuatro semanas de antelación y el pedido mínimo es de seis galletas iguales", indica. ¿Y a qué se debe ese periodo de tiempo tan largo? Elaborar cada galleta, explica, requiere de "unos tres o cuatro días".

Primero, comenta, hay que amasar a mano las galletas y hornearlas en el obrador, que se sitúa en la parte trasera de la tienda. Una vez horneadas, deben reposar al menos 24 horas "para que la mantequilla se seque y no salgan manchas", apunta. Después, se decoran con la técnica del glaseado, "la más laboriosa ya que requiere de mucho tiempo, pero da sus resultados. Las galletas se quedan crujientes", asegura.

Además, el proceso se complica aún más cuando la decoración se realiza por partes: "Los distintos volúmenes hay que glasearlos por separado -la glasa es líquida- y esperar a que se sequen, que cuesta otras 24 horas", incide. Por todo ello, aunque el cliente puede encargar lo que quiera, deben ser decoraciones "viables y realizables", aclara.

En sus redes muestra unos marineros, caperucita roja, el perro Snoopy, unos piratas, dinosaurios, unas pelotas y raquetas de tenis...

The Cookie Show no es una "tienda cualquiera", defiende, ya que también ofrece artículos de regalo que combinan con la decoración de las galletas: cajas de madera, caja-casa, carruseles que esconden galletas con forma de caballo, bodys de bebés, una taza, bolsos...

"Mi hermana colabora conmigo y queríamos darle un toque diferente. En este caso también funcionamos por encargo, compramos pocos artículos. Queremos que las galletas formen parte de un regalo más completo", ahonda.

Además, la tienda va a ser "dinámica" -elaborarán diseños distintos, unidades limitadas y temáticas variadas, por ejemplo, ahora están preparando la de Navidad- y confeccionan papel de azúcar -para realizar impresiones y estampaciones en los postres- "sobre todo para la gente que ya es postrera", especifica.

Escuela de decoración

La tienda también es una escuela de decoración de galletas, donde enseña a dar rienda suelta a la creatividad. Las clases aún no han comenzado, primero quiere aterrizar y que la tienda eche a rodar, pero confiesa que "todo el mundo que entra ya está preguntando". El taller está dirigido a niños y adultos y su duración oscila entre las cinco y las diez horas.