Han pasado 50 años pero el trabajo de investigación de la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad de Navarra sigue vigente. Medio siglo de vida en el que lo que comenzó gracias a la sabiduría y saber hacer de José Miguel Barandiarán haya continuado como un grupo científico sólido que busca promover y divulgar el euskera y los elementos que engloba la cultura vasca.

Y justo donde se dieron los primeros pasos de la investigación académica de la Cátedra, en el Museo de Navarra, se presentó ayer el libro Etniker. Cincuenta años de investigación etnográfica en Vasconia. En esta publicación cristaliza el largo recorrido por los cinco grupos Etniker (Navarra, Iparralde, Gipuzkoa, Bizkaia y Araba) por medio de las publicaciones de 18 autores diferentes.

"Coincidiendo con el hito de cumplir 50 años quisimos organizar unas jornadas y la publicación de este libro", expresó la subdirectora de la Cátedra y coordinadora del libro, Naiara Ardanaz, que estuvo ayer acompañada en la presentación por la coautora y miembro de Etniker, María Amor Beguiristáin; y la directora general de Universidad del Gobierno de Navarra, Ana Burusco.

Las jornadas que deseaban desde los grupos Etniker nunca pudieron hacerse realidad debido a la irrupción de la pandemia. Tras esperar desde el 2020, año en el que se cumplió el aniversario, finalmente decidieron en apostar por la publicación de este libro. "Les pedimos a los autores que escribieran sus intervenciones para la publicación", expresó Ardanaz.

Las reglas para contener la pandemia ha obligado a reinventar las reuniones de Etniker durante los últimos dos años. "Tenemos una reunión anual y otras mensuales de coordinación. Tuvimos que adaptarnos al on line porque muchos investigadores son personas mayores y no quisimos correr riesgos", remarca Ardanaz.

La directora puso en valor que la obra recoge artículos de "auténticas eminencias" como un el historiador religioso estadounidense William Christian Jr.; el etnógrafo especializado en cancionero castellano, Joaquín Díaz; y el etnógrafo en el mundo vinícola en La Rioja, Luis Vicente Elías; o Joseba Agirreazkuenaga. Las líneas de trabajo dentro de la Cátedra sigue las líneas maestras definidas tiempo atrás: por un lado la labor docente, que busca promover la enseñanza del euskera y en la lengua vasca dentro del currículo formativo, entre otras cuestiones; y la línea de investigación que se ramifica en la investigación etnográfica y lingüística.

La figura de Barandiarán

Fallecido en 1991, el arqueólogo, etnógrafo y sacerdote ataundarra estableció desde mediados de la década de los 60 los fundamentos de la Cátedra (una vez regresado del exilio tras la guerra civil), promoviendo el plan Etniker con el objetivo de formar investigadores para elaborar el Atlas Etnográfico de Vasconia. "Del trabajo colaborativo de los distintos grupos, que se reúnen anualmente desde 1976, derivó en la de la Asociación Etnográfica Etniker Euskalerria en 1991", expresó Ardanaz en su intervención, que inauguró la presentación.

De este trabajo nacieron 8 tomos que completan el atlas etnográfico con gran parte de la memoria del siglo XX. "Don José Miguel Barandiarán percibió el cambio de la sociedad, el abandono de los pueblos y la pérdida de la memoria de muchas generaciones", resaltó Ardanaz.

Nuevo escenario

Pero el cambio de las costumbres sociales con el paso de los años, empiezan a provocar ciertas fugas de matices que ese atlas no recoge. Por ejemplo, comenta, en los ritos funerarios, no recoge la incineración que ahora está enormemente extendida.

Una de los trabajos en los que centran los esfuerzos actualmente en la Cátedra es en la digitalización de los tomos del Atlas. "Es un trabajo lento porque hay mucha información. Solo el último tomo tiene 1.147 páginas", resalta Ardanaz.

El libro de los grupos Etniker sintetiza, en algo más de 200 páginas el conocimiento labrado durante 50 años. Pero para Ardanaz, "no se trata de una historia cerrada" y es también un agradecimiento a tantas personas "por tantas aportaciones impagables fruto de largas conversaciones en las cocinas de tantas y tantas casas y baserris", concluyó Ardanaz, sobre una trabajada y esperada celebración, que en parte es también un alto en el camino, que permita continuar por otro medio siglo.