La fiesta que vuelve, como siempre, porque no cambia. Beti bezala nos trae la esperanza de San Fermín, después de dos años de pandemia. Su autora, la joven Olaia Merino Erviti así lo ha querido plasmar. Y ha convencido al público. Porque su obra, una mezcla de jóvenes mezclándose (“refleja el Chupinazo”, dice, pero bien podría ser un encierro o un pasacalles) con aires de la cartelería de los años 30, ha sido la más votada de los diez finalistas. Tenía todo para ganar, la frescura y la originalidad de la propuesta, pero hasta el final ha estado en vilo: “Tenía un pálpito”, confiesa, pero los días de espera, con suspensión de las votaciones de por medio, ha estado de los nervios. “Ha sido un proceso duro”, confesó, en el que “he seguido mucho todas las votaciones”.

Cuatro días después de lo previsto, por un proceso suspendido ante el fraude detectado en una de las votaciones, ayer se desveló la incógnita. La joven pamplonesa, de 28 años, estaba abrumada por la repercusión de su obra, aunque “orgullosa de poder representar a Pamplona este año”. Porque Beti bezala es más que una ilustración, es el cartel del regreso, y, para Olaia, el cartel de la gente: “Este año he querido representar a la gente en el cartel”, porque, según explicó, “había estado mirando carteles, y la gente no se veía representada figurativamente”, cuando para ella “San Fermín ante todo es la gente, que es la que crea San Fermín”, detalla.

Olaia Merino Erviti es diseñadora y creativa. Nacida en 1993, estudió Bellas Artes en Leioa, en la Escuela de Arte de Pamplona, y en Salesianos Urnieta, donde hizo un grado de Diseño y Edición de Publicaciones Impresas y Multimedia. Porque lo tenía claro, el diseño gráfico era su pasión. Esta vez la obra fue diseñada con el ordenador. Porque como este año no era obligatorio presentar el cartel físicamente, Beti bezala nació de forma digital: “Se trata de una ilustración completamente digital en la que ha querido “darle importancia al color y a las formas”. Según ella misma explicó en la rueda de prensa, el cartel consiste en un amalgama de “figuras superpuestas con sombras”, en la que también se ha querido dar relevancia a la tipografía, ya que se forma un corazón con el año, 2022, “que representa amor para todos porque han sido muchos años sin Sanfermines”, dijo.

El aire modernista se refleja en las figuras, unas siete, entre mujeres y hombres, personas de diversos colores para reflejar la multiculturalidad de la ciudad y de la fiesta. Porque, según ella misma explicó, quiso representar “a todo tipo de personas” en la obra porque “el objetivo era mostrar a Pamplona-Iruña y a toda su gente”. La joven reconoció también que hasta ahora no se había presentado al concurso, porque no se veía: “Sentía que no estaba preparada”, señaló. También aprovechó para felicitar al resto de finalistas y valoró como “muy positiva” la altísima participación de este año.

En cuanto al título, Beti Bezala, (Como siempre), Olaia Merino detalla que refleja la intención de “volver a ser como antes”. A su juicio, y así lo explicó, “sé que nunca va a volver a la normalidad cien por cien como la conocíamos hace casi tres años, pero yo quería enfocarlo en un futuro que sea como siempre. Y eso es lo que queremos todos, me parece. Con las medidas que haya que tomar, pero intentaremos que sea como siempre”.

Olaia Merino se dedica laboralmente al branding (estrategia de marca) e identidad, diseño y pasión, publicidad y comunicaciones. Esta vez ha conseguido dar en el clavo de su estrategia, ya que su obra se va a dar a conocer en el mundo entero. La autora, que trabaja para la empresa de tecnología Cistec de Ansoáin, como gestora de proyectos web, también aspira a destacar como ilustradora. “Le dedico el premio a la familia, que me ha apoyado siempre. Este premio es para ellos y gracias a ellos”, dice. Un broche de oro a un día, el de ayer, para ella “bonito y espectacular”.

“Este año he querido representar a la gente en el cartel y el aspecto multicultural de la ciudad”

Autora del cartel de San Fermín 2022