Pamplona ha puesto en marcha el proceso para confeccionar un plan estratégico de accesibilidad integral de la ciudad que afecte a todas las relaciones entre la administración y la ciudadanía.

El objetivo es atender todas las formas de diversidad funcional, sensorial e intelectual destacando, tanto la accesibilidad física a los espacios públicos y los edificios municipales, como la transformación en materia de accesibilidad desde la innovación en todos los ámbitos de relación entre la administración municipal y los ciudadanos.

El concejal de Proyectos Estratégicos, Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Pamplona, Fermín Alonso, ha comparecido en rueda de prensa para dar cuenta de la iniciativa después de que la Junta de Gobierno Local del Consistorio adjudicara a las empresas Suma Urban Sustainability Consultants y Arbuniés y Lekunberi Asociados los trabajos de redacción del documento.

El plan contempla la realización de un diagnóstico del estado actual, el diseño de propuestas y medidas de actuación a partir de las herramientas y la metodología adecuada para llevarlas a cabo y, finalmente, una estrategia de implantación en la que se contemplarán acciones para involucrar al conjunto de la sociedad. Todo el proceso, en sus sucesivas fases, tendrá carácter participativo.

Alonso, que ha apuntado que no es un plan “de Administración sino de ciudad”, ha apostado por que Pamplona pueda “ser disfrutada” por todos sus ciudadanos, “sean cuales sean sus circunstancias funcionales y el motivo de esas circunstancias, ya sean permanentes o coyunturales”.

Para ello, se actuará adaptando el conjunto de servicios y de herramientas tecnológicas y digitales, realizando la ampliación de servicios y oferta cultural, educativa, deportiva, de ocio y comercial, y abordando “todos aquellos cambios encaminados a igualar en derechos y deberes a las personas que presentan cualquier tipo de dificultad en su interacción con el medio físico y digital y en sus relaciones con la administración municipal”.

Según Alonso, se trata de un plan “de carácter estratégico, con vocación integral”, que “quiere acoger las necesidades tanto de las personas con dificultades funcionales permanentes, como las coyunturales que se presentan en diferentes etapas de la vida (ancianidad, infancia, maternidad...) de cara a lograr la plena inclusión de todos los colectivos”.

Contempla también acciones de comunicación a la ciudadanía y agentes sociales, para incrementar la sensibilización del conjunto de la sociedad en este ámbito a largo plazo.

El principal elemento sobre el que se va a trabajar es el entorno urbano y edificado, aunque será necesaria la implicación de otras áreas ya que el plan también contempla la digitalización del entorno, las relaciones entre la administración y la ciudadanía, y el conjunto de servicios que ofrece el Ayuntamiento.

El plan contempla varias fases y, en todas ellas, estarán presentes la participación y la comunicación pública. La primera fase, de diagnóstico, se extenderá hasta después del verano y buscará, por un lado, identificar los grupos de interés “claves” en este ámbito que trabajan en diversidad funcional, personas mayores, sector económico y educativo (’sociograma’).

También se invitará a participar a los colectivos de los barrios y a los diversos órganos de participación ya establecidos, como el consejo municipal de personas mayores.

Por otro lado, se definirán los ámbitos y elementos concretos a evaluar: vías y espacios públicos, mobiliario, transporte, edificios municipales, servicios, plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida, normativa vigente, etc.

A partir de estas tareas previas de identificación, se concretarán en fichas todos los elementos diagnosticados de los distintos ámbitos, especificando sus “posibles carencias y necesidades de adaptación a las nuevas normativas”, para llegar “a alcanzar la accesibilidad universal en todos ellos a partir de la aplicación de medidas correctoras que deben definirse en la fase posterior”.

En una segunda fase, que comenzará en el mes de octubre y se extenderá hasta el mes de enero de 2023, se diseñarán las medidas o propuestas de actuación y, en este proceso, también se involucrará a la ciudadanía y agentes sociales mediante herramientas como encuestas-web y jornadas de participación. Se difundirán sus contenidos a través de diversos elementos y vías de comunicación.

Finalmente, entre los meses de febrero y abril de 2023, se definirá el plan de acción para implementar las medidas definidas en la fase anterior y contrastadas con los agentes de participación del Plan.