Hay un preciado tesoro que debe ser encontrado. Bajo esta premisa Raquel Ursúa e Iván Juguera han puesto en marcha un ‘escape room’ al aire libre en la localidad ribera que pretende potenciar el turismo, luchar contra la despoblación e impulsar el emprendimiento. Se trata de una actividad que, con apenas dos meses de trayectoria, ya ha sido galardonada.

Estos dos falcesinos explican que realizaron un curso entre los meses de octubre y diciembre de la mano de Rural Lab, un programa subvencionado por el SNE y el Ayuntamiento de Falces, con el que buscaban “aprender a emprender emprendiendo”. Además de las clases teóricas tenían que implementar un proyecto y ahí nació ‘Otoño en Falces’, su gran apuesta.

“Vimos las carencias que había en la localidad y las cuestiones que se podían mejorar. Uno de los pilares que más se puede potenciar y explotar es el del turismo rural, así que empezamos a tirar por ahí”. Y es que hasta ahora, cuentan, había rutas turísticas al uso pero decidieron darle un giro y hacerlo más atractivo y entretenido al tiempo que seguían fomentando la cultura y el ocio. “Nos ayudaron y orientaron hasta que terminamos de darle la forma definitiva a esta idea de con la que conocer Falces”.

La búsqueda

La prueba arranca en la plaza consistorial y allí los participantes se sumergen de lleno en la historia de la conquista de los musulmanes y en el tesoro que dejaron atrás y que, los intrépidos grupos deben encontrar. Pasando por diversos puntos en los que se van dando pistas, el recorrido acaba cuando descubren el cofre.

La ruta, desvelan, es muy llevadera, de unos 4 kilómetros a pie y apta para todas las edades por lo que, insisten, “solo hace falta ropa, calzado cómodo, agua y muchas ganas de disfrutar”.

Normalmente dejan una hora y media de margen aunque la mayoría de aventureros resuelve el misterio en ese tiempo o en algo menos. Y es que la idea es que todos lo acaben, que nadie se quede sin encontrar el tesoro.

Debido a la Covid-19 los grupos son de un máximo de 6 personas, aunque tampoco recomiendan que sean más, y no hay un mínimo; el precio por grupo es de 60 euros.

A esta idea se le puede sacar aún mucho jugo, por lo menos en Falces y es que, aseguran, “aunque el atrezzo no se puede comparar con el de una sala cerrada porque aquí hay que jugar con lo que hay, en este ‘escape room’ nos hemos dejado muchas zonas, puntos o lugares sin señalar porque es imposible meterlos todos, así que se pueden hacer otras variantes”.

La actividad se puso en marcha en diciembre y ya han pasado 20 grupos; muchos falcesinos así como personas de Arróniz, Peralta o Pamplona, entre otros. “El feedback es muy bueno, la gente se va muy contenta, la verdad, parece que la idea ha gustado y se meten de lleno en la historia. De hecho, ya nos dicen que hagamos otro para poder repetir”, cuentan.

El éxito les ha pillado un poco de sopetón ya que la idea que tenían era la de realizar la actividad solo en Navidad. Ahora ha cambiado su perspectiva y la idea es seguir y mejorar. “No esperábamos esta respuesta, la verdad es que nos pilló un poco de sorpresa porque cuando haces algo tampoco sabes qué repercusión puede tener. Ahora estamos con muchísimas ganas de hacer cosas. Además, creemos que es un buen momento porque la gente está con ganas de salir, en la medida de lo posible, y de participar”. A la aventura se ha sumado ahora para ayudar Mª Eugenia Jiménez que ya ejerció como guía turística de la localidad.

Para contactar y reservar fecha se puede hacer a través del correo electrónico falcesvisible@gmail.com, a través de Instagram en Otonoenfalces o por Facebook. La actividad se realiza los fines de semana; viernes tarde y sábados y domingos, mañana y tarde, y festivos.

Uno de los grupos que consiguió enconrar el tesoro

En expansión

En la actualidad están cerrando un ‘escape room’ en Marcilla, una actividad para conmemorar el VI Centenario del Castillo y que esperan poner en marcha en Semana Santa.

La continuación del curso de Rural Lab llegó con Comunal, un proyecto que lucha también contra la despoblación y que apoya la innovación social y el emprendimiento; aquí acaban de ganar un concurso en el que el otro proyecto falcesino, ‘Mujeres Polimantenedoras’, quedó en segundo lugar. “Después de hacer el curso te das cuenta de que, al principio, hay muchos miedos y vergüenzas, pero que si te pones a ello, las cosas van saliendo. La experiencia ha sido buenísima y animamos a todos a participar; si no nos movemos y lo hacemos los de aquí, nadie va a venir a hacerlo por nosotros”, finalizaban.