Cualquiera que se acerque a Marcilla o a cualquiera que le hablen de este municipio lo relacionará inmediatamente con su castillo, ese que preside el casco urbano y en torno al que los vecinos hacen su día a día. Pero, ¿qué historias esconden sus muros, sus dependencias o su torre del homenaje? A todo esto pueden contestar los miembros del colectivo de guías de la fortaleza que, desde hace diez años, ofrece visitas de forma altruista.

Marta Lambarte y Juan Carlos Pejenaute, dos de las personas implicadas, explican que arrancaron hace una década, en junio de 2012 tras la inauguración de la rehabilitación integral del castillo, que fue en mayo. La comisión de Turismo quiso darle vida al edificio y comenzaron a buscar a personas que pudiesen estar interesadas en mostrarlo; a algunos les tocaron la puerta y otros se enteraron por el boca a boca o mediante cartelería.

Doce fueron los marcilleses que se animaron, una cifra que se mantiene en la actualidad ya que, de hecho, la mayoría de ellos continúan al pie del cañón desde entonces.

Miguel Mari Senosiain, otro de los guías, confeccionó un guion para que el resto se lo estudiara. “Era un hoja de ruta para que todos más o menos dijéramos lo mismo aunque cada uno le daba su toque”, explica él mismo. Eso sí, “después a todos nos enganchó y nos formamos más leyendo y consultando documentos”.

Abierto todo el año

Las visitas se desarrollan todos los fines de semana y festivos del año a las 12.00 horas. Aunque recomiendan reservar, siempre hay alguien de este colectivo en la puerta por si aparece alguien sin cita previa. El recorrido, que por norma general dura una hora, puede hacerse en castellano, en euskera o en inglés, pero en caso de querer hacerlo en estos dos últimos idiomas sí que es necesario avisar con antelación. Entre semana, además, acuden excursiones de colegios, de clubes de jubilados, etc.

Además de la historia de la propia fortaleza, la visita se centra en su remodelación (y hoy en día también enseñan una exposición de armas de asedio y los animales de Alnus). Si son grupos grandes, el recorrido acaba con un resumen de la película La dama guerrera. La leyenda de Ana de Velasco, que dirigió Ana Murugarren.

Lo que más le llama a todo el mundo la atención es la funcionalidad que le dieron al edifico tras su rehabilitación, a pesar de que también mantiene toques medievales”. Y es que el edificio alberga el Ayuntamiento, la biblioteca, la escuela de música, los servicios sociales y las dependencias de la policía. “Llama también mucho la atención que está en una zona llana y en medio del pueblo”.

De hecho, la funcionalidad del inmueble, que es un tema que genera opiniones enfrentadas, creen que “es bueno en la medida en la que se mantendrá en pie y no volverá a un estado de ruindad. El castillo está prácticamente abierto todo el día y la vida social y cultural de la localidad gira en torno al mismo”, asegura Idoia Araiz.

Algunos lo hemos visto habitado y después vivimos su declive. Verlo ahora así es una maravilla porque de la forma que estaba suponía un gran problema”, comenta José Luis Senosiain.

Visitas teatralizadas

En 2019 dieron un nuevo paso al frente y pusieron en marcha las visitas teatralizadas; “la idea era que, en lugar de que cada guía explicara la historia del castillo, fueran los propios personajes los que la contasen”. Todos ellos ataviados con trajes de época, y con el castillo decorado con todo tipo de detalle, se meten durante el recorrido en la piel de Mosén Pierres, el constructor; Mosén Pierres el Joven; Juan II, rey de Aragón; las criadas, que hablan sobre su situación y sobre sus dueños; la madre superiora; Blanca II de Navarra y su confesor; Ana de Velasco, que explica la defensa del castillo; y el coronel Villalba, que contradice dicha versión y da la suya propia. “No pensábamos que iba a tener tanta repercusión”.

Hasta ahora solo han hecho esta actividad en verano, y cuando anochece para generar un ambiente más propicio, pero este año la van a hacer en Semana Santa; en concreto los días 14 de abril a las 21.00 horas y 15 de abril, a las 21.30 horas. El recorrido durará en torno a 45 minutos y en este caso sí que es necesario reservar la plaza a través de los teléfonos 948713545/608794155. Todas las visitas cuestan 3 euros.

Con el paso de los años, “además de tener más independencia, creo que ha cambiado, y mucho, nuestra forma de explicarnos. Antes estábamos más encorsetados y ahora estamos mucho más sueltos”, asegura Pejenaute que insiste en que “lo más gratificante es cuando la gente te dice que les ha gustado la visita y que se nota que el castillo es nuestro porque lo vivimos y le ponemos mucho cariño y empeño”.

De momento, y pensando en cómo celebrar esta efeméride, siguen ilusionados por mostrar sus raíces, sus orígenes y su historia y animan a todos los que así lo sientan a sumarse al proyecto. “Somos un grupo abierto; si alguien quiere entrar estaremos encantados”.