El ganado volvió ayer a la plaza de Etxarri Aranatz, protagonista de esta feria de otoño en un tiempo en el que la hacienda era parte importante de la economía familiar y ahora un reclamo más en una mañana llena de actos y sabores. Y es que ayer se pudieron degustar tripekis, morcillas de cordero, en el almuerzo que ofreció la sociedad Larrañeta y después queso así como tortilla de los dos concursos que se celebraron a lo largo de la mañana. El del queso, el mejor de Sakana, es ya un clásico con 16 ediciones. El otro era novedad. Ayer tampoco faltaron talos, imprescindibles en las ferias, y también se pudieron degustar y adquirir diferentes productos en el mercado agroalimentario con una amplia oferta. Miel, queso, embutidos, verduras o pan fueron algunos. Asimismo, hubo una feria de artesanía con 14 puestos dispuestos alrededor de la plaza con demostraciones de viejos oficios como cestería, calzado o cubiertos de boj.

En relación al concurso de quesos de pastores de Sakana, se prestaron siete. El primer premio fue para Albi Gaztak, de Arruazu; el segundo para Araña Etayo, de Arbizu, y el tercero para Félix Resano, de Dorrao. El jurado, formado por Valen Ormazabal, Juantxo Sáenz, Alain Iriarte y Miren Jauregi, no lo tuvo fácil, y eso que contó con la ayuda de Joserra Agiriano, del comité de cata de DO Idiazabal. Según explicó, se tienen en cuenta ocho parámetros: forma, corteza, color pasta, ojos, olor, textura, sabor y por último regusto residual. “El nivel ha sido muy alto. Todos los años se nota mejoría”, apuntó Agiriano, que dirige la cata de este concurso desde la primera edición.

TORTILLA DE NAVARRA En el otro lado del kiosko era el concurso de tortilla de Navarra, que además de patatas y huevos, debían llevar miga de pan, ingrediente imprescindible según una receta documentada en 1817. Y es que según explicó Juan Inazio Hartsuaga, de Kukubat, en el Memorial de Ratonera, una compilación de cartas que colectivos o particulares solían introducir bajo la puerta de las Cortes de Navarra para su estudio y debate. Entre éstas hay una petición de labradores para que se permita la exportación del cereal en la que se describe una receta “de dos o tres huevos en tortilla para cinco o seis, porque nuestras mujeres la saben hacer grande y gorda con pocos huevos, mezclando patatas, atapurres de pan u otra cosa”.

Aunque había más de una decena de tortillas, a concurso se presentaron cinco. El primer premio fue para María Higuero, que también añadió cebolla, calabacín y pimiento verde. El segundo premio fue para y el tercero para Aintzara Maiza y el tercero para Loli Igoa. El jurado estuvo formado por Hartsuaga y los ediles Amagoia Lizarraga y Artuco Carreño. Repartidos los premios de ambos concursos, fue el momento de catar los quesos y tortillas en la plaza.

Los actos programados continuaron por la tarde con una eliminatoria de aizkolaris del Campeonato de Euskal Herria de aizkolaris de segunda, bailables en la plaza para finalizar con el zenzensuzko un intenso fin de semana en el que la metereología se sumó a las celebraciones.