a arqueología es muchas veces un trabajo comparable al de la gota de agua que, a base de persistencia, acaba erosionando la piedra. Algo así, por la parte de la insistencia, es lo que ocurre en el yacimiento de la ciudad romana de Santa Criz de Eslava, (ocupada desde los siglo I a.C., a III d.C.), uno de los mejores exponentes del paso de Roma por esta parte de la península ibérica.

Desde que en 1917 se encontró el primer miliario, se han ido sucediendo diferentes excavaciones, la última en 2013. Este pasado mes de septiembre, un equipo de trabajo, formado por estudiantes del diploma de Arqueología de la Universidad de Navarra, realizó tres sondeos diferentes, liderados por el profesor y coordinador del proyecto, Javier Andreu. Los resultados de este esfuerzo pudieron visitarse ayer en una jornada de puerta abiertas, en la que participaron 80 personas, llegadas de localidades cercanas y también de ciudades como Pamplona o Zaragoza.

Durante tres semanas los trabajos se desarrollaron en la zona norte del yacimiento: uno en la zona occidental del foro (plaza mayor de la ciudad); en la parte axial de la plaza del foro; y el último, junto a la línea que marcarían las murallas defensivas.

Santa Criz, relató Andreu, es un lugar único en comparación a los restos que los romanos nos dejaron en nuestro entorno. "Ha sido poco tiempo, tres semanas. Nos gustaría contar con más tiempo pero se ha podido avanzar", expresó satisfecho, a la vez que recordaba que "Santa Criz tiene elementos suficientes para una excavación a largo plazo y con más recursos", añadía, recordando lo realizado en yacimientos mayores como el de Andelos.

La ciudad romana se asentó sobre un castro vascón de la Edad del Hierro. Que después del siglo III quedara abandonada es, a su juicio, una de las características propias de esta excavación. Pero además, Santa Criz "es el gran escaparate de la arquitectura pública romana, la mejor de todo el nordeste peninsular;" y también puede convertirse en el escenario ideal en el que la arqueología navarra pueda progresar, subrayó.

La visita de ayer consistió en un recorrido por las tres zonas sondeadas en dos grupos diferentes, que se alternaron en las explicaciones de la arqueóloga Txaro Mateo y el doctorando en arqueología, Luis Romero. Entre las preguntas que los asistentes realizaron estuvo cuál era el nombre romano de Santa Criz. "Es la ciudad que más testimonios epigráficos nos ha dado, pero no nos ha llegado cómo la llamaron los romanos. El nombre de Santa Criz viene por una ermita que se ubicaba aquí", explicó Mateo.

La financiación para las diferentes excavaciones que se realizaron en el lugar procedió del Gobierno de Navarra o de los ayuntamientos cercanos. El último desembolso, 10.000 euros, fueron para la señalización (también en braille) de la exposición Santa Criz de Eslava, reflejos de Roma en territorio vascón en el Trujal de Eslava. "En el global del proyecto, los ayuntamientos han aportado entre 35.000 y 45.000 euros. Con esto se ha contratado a los arqueólogos, trabajos manuales, etc", explicó Andreu, mientras comentaba que ahora buscan instalar una pérgola sobre los merenderos del aparcamiento. A corto plazo también, el profesor pide a las instituciones que doten al proyecto de mayor estabilidad de fondos, a través de los Presupuestos de Navarra.

"Hemos tenido que hacer la campaña en septiembre porque la adjudicación ha sido muy tarde. Poder contar con un presupuesto anual haría que el proyecto tenga solidez", concluyó Andreu.

"Poder contar con un presupuesto anual haría posible que el proyecto tenga solidez"

Profesor Universidad de Navarra

"Es la ciudad que más testimonios nos ha dado, pero no cómo la llamaron los romanos"

Arqueóloga