Ningún plan turístico de la capital ribera ha conseguido reactivar el turismo como los logró la exposición que se realizó en Tudela con motivo de la rehabilitación de la catedral en 2007 y que marcó el mayor apogeo del turismo de su historia. Las últimas cifras responden a la mitad de año de 2019 cuando, entre enero y julio llegaron a la ciudad 23.075 personas. Las cifras que muestra el Instituto de Estadística de Navarra se centran en las personas que pasan por la Oficina de Turismo y el último año cuyos registros muestran los 12 meses completos es 2018 en que se recibieron 43.717.

Esta cifra significaría un 62,7% menos de los 71.143 que llegaron en 2007 y si bien las cifras comenzaron a caer enseguida, se mantuvieron durante la crisis nacional, aunque la debacle llegó con la crisis en Navarra. Si en 2011 visitaron Tudela 58.116 personas, al año siguiente la cantidad cayó a menos de la mitad ya que llegaron 25.326.

Si bien es cierto que en los años posteriores esta cifra ha ido aumentando hasta 2018, nunca se ha llegado a los niveles de aquellos años, pese a que la oferta, los apartamentos rurales, los restaurantes, los bares y locales se han multiplicado. La evolución ha sido tan pequeña que los números son muy similares a los de hace 15 años cuando la cifra era de 42.482.

Ninguno de los eventos que se organizan en Tudela logra atrapar a tantos visitantes como aquella exposición, pese a que en momento como las Fiestas de la Verdura se cuelguen los carteles de completo. Hay que llamar la atención sobre el hecho de que Sendaviva y Bardenas tengan mucho más tirón turístico ahora que entonces, pero no sirve para enganchar a los visitantes. De hecho, según Consorcio Eder, las visitas al Centro de Interpretación de Aguilares en 2018 fueron de 77.486 cuando en 2011 eran de 34.127, bastantes menos de las que tenía Tudela.

Turistas/Año

Fitero. En 2018, Fitero aumentó un 32% sus cifras y llegó a 17.513, el triple de 2016.