- Las 50 trabajadoras y trabajadores de la Real Casa de Misericordia reclaman mejoras laborales dentro de un nuevo convenio centradas en aumentos salariales y reducción de jornadas de trabajo que generan extenuantes cargas de trabajo y repercuten en bajas y en el trato a los residentes.

Ayer una veintena se concentraron a las puertas de la residencia para "exigir a la dirección que de manera inmediata dé un impulso a la negociación de nuestro Convenio colectivo, para ello, es imprescindible una respuesta íntegra a todas las reivindicaciones". Desde el inicio de las negociaciones en marzo, hasta ayer la dirección se ha reunido con el comité para la negociación en tres ocasiones sin avances en la negociación. "Llevamos muchos años con este convenio paralizado, sin cambiar salarios, horas, riesgos laborales, y un gran exceso de trabajo. Queremos quitar horas, subir el sueldo, no trabajar tres fines de semana al mes y un aumento de plantilla considerable para no soportar la carga de trabajo tan fuerte", explicaron.

Las representantes sindicales de ELA, UGT y CCOO recordaron ayer que en 2020 se detuvieron las negociaciones porque "debimos dedicarnos a lo que era la prioridad" pero ahora se muestran decepcionadas porque la dirección no ha tenido en cuenta los esfuerzos. "La pandemia nos tocó todo y era prioritario pero se dejó en segundo plano porque había que estar ahí y hacer una piña y se hizo porque hay un factor humano en la residencia y se ha trabajado muy bien. No esperábamos esta respuesta tan lenta y agónica para llevarnos a donde quieren".

En principio la petición del comité de empresa se centra en una subida por encima del IPC y una reducción de horas importante. En la actualidad la plantilla está dividida en dos, las que trabajan 1.675 horas y las que están 1.720 horas, con dos salarios diferentes. "Es una forma de separarnos y dividirnos", explicaron.

El plazo de vigencia del actual convenio finaliza el 16 de marzo del 2022 y la situación, según indicaron "comienza a ser preocupante, ya que la dirección no ha querido prolongar, pese a la solicitud expresa de la representación, la vigencia del actual convenio".

Por este motivo ayer se concentraron a las puertas del centro "para mostrar nuestro rechazo a la actitud de la empresa y que sepan que no vamos a quedarnos con los brazos cruzados ante esta situación. Queremos una respuesta integra a toda y cada una de las reivindicaciones planteadas para la mejora de sus condiciones laborales. Estamos cansados de excusas".

La concentración de ayer es un primer acto de protesta que, según señalaron el 19 de octubre tienen una reunión con la empresa "a ver qué respuesta dan a la concentración, porque estamos dispuestas a seguir luchando. Necesitamos unas mejoras para dar una atención de calidad".