“Sin mujeres no hay pueblo, sin ellas el medio rural pierde importancia”, opina Olaia Sánchez González. Ella es la directora de La Muralla, el documental ideado y guiado por la asociación homónima. Artajona acogió este fin de semana el estreno del filme, de menos de una hora, en el que se retrata a las mujeres de la localidad para “visibilizar el valor de la mujer en el entorno rural”.

El documental, que se proyectó en el polideportivo municipal, cuenta con el testimonio de 20 mujeres de Artajona, de diferentes edades y distintas profesiones, que narran su experiencia de vida en un pueblo pequeño. “Hablan un poco del sentimiento de cada una de ellas hacia el medio rural, las oportunidades que se ofrecen y las que faltan”, apunta Sánchez y explica que la idea central es la de “poner en valor a las mujeres de Artajona y a la asociación La Muralla, que trabaja con ellas desde hace 21 años”.

El título de la producción, que también da nombre a la asociación local, se escogió porque en el filme se juega con la simbología de la piedra, refiriéndose a la unión y la fuerza, pues comienza con una niña que va colocando una a una las piedras -que representan a las mujeres- hasta crear el muro. “El hecho de hacer una muralla es porque se está visibilizando que todas juntas van creando esa muralla, que ellas son las que dan vida al pueblo y lo conforman”, explica su directora.

La Muralla es un recorrido por los días en Artajona, como cotillear por una mirilla para conocer cómo viven “de verdad” en el medio rural las mujeres. “Ha habido una labor de producción muy buena porque las protagonistas están muy bien escogidas, no hay ningún testimonio que se solape con el otro”, resalta Sánchez y destaca el punto de vista de las más mayores ,“donde se ve la fortaleza del pueblo”. “Es curioso porque se ve la diferencia entre generaciones, donde las más jóvenes ven cierta desigualdad de género y las más mayores no”, destaca. “Los puntos de vista van cambiando de unas mujeres a otras, y eso es parte de lo que queríamos mostrar, la pluralidad que hay en un pueblo, aunque sea pequeño”, anota Sánchez.

Adriana Iriarte es una de las protagonistas de La Muralla y una de las vecinas que escogió quedarse en el pueblo, abrir allí su propio negocio y “disfrutar de la tranquilidad” que da el entorno rural. En su testimonio destacan las ganas de mantenerse en Artajona porque para ella se gana “en cercanía y calma”. “La experiencia de ser parte del documental ha sido muy chula y la idea de poner el foco en mujeres de todas las edades es una buena forma de reconocer nuestra labor en el pueblo”, apostilla Adriana Iriarte y apunta a que también es una buena manera de promocionar el pueblo.