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Libertad de explosión

Quiero reclamar alto y claro mi derecho a la libertad de explosión. De explosión sí, ha leído bien. Me gustaría reivindicar mi estado de total estupor, cansancio, sorpresa, enfado y un largo etcétera de emociones que los últimos e incesantes acontecimientos están haciendo que descubra en mi interior.

Me entristece el absurdo de que los periodos de prematriculación en edades tempranas se convierta en un circo de cifras. Que algunos quieran convertir la zona sur de Navarra en un lodazal de lucha, en un terreno a defender o conquistar, es sencillamente deprimente. No es recomendable, desde mi punto de vista, caer en la trampa del discurso de “que vienen los vascos”. El derecho a poder estudiar en euskera en toda la comunidad es lo que importa. La libertad no entiende de cifras, no es cuantificable. O se tiene o no se tiene. No cabe la ambigüedad. ¿Alguien entendería que el derecho al voto femenino hubiera estado influenciado por la demanda? Victoria Kent, siendo de izquierdas, argumentaba en 1931 que la mujer no estaba preparada ni social ni políticamente para votar, además de estar influenciada por la iglesia. Esto supondría que el voto de derechas cogería más fuerza si se aprobaba el sufragio universal. Clara Campoamor ganó aquel debate y al fin las mujeres tuvieron derecho a votar en España. Pues bien, aquí lo importante es si dotamos a todas las navarras y navarros del derecho a educar a sus hijos en euskera, si así lo quieren, y eso está ahora garantizado. Todo lo demás es accesorio, no caigamos en la trampa.

Ahora estamos superando otra injusticia instaurada a idea hace tiempo, la zonificación. Esto se llevó a cabo única y exclusivamente, otra vez, para enfrentar a la sociedad navarra, puesto que busca crear, desde el punto de vista lingüístico, distintos niveles de navarros. Este sinsentido es el que ha llevado a 43 municipios a pedir que sean integrados en la zona mixta. Es totalmente lógico que estas personas quieran gozar de más derechos, más aún si tenemos en cuenta que sus vecinos, miembros de la misma comunidad autónoma, sí que gozan de ellos. Parecía que era una cuestión superada, ya que nadie puede creer a estas alturas que opción sea sinónimo de imposición. Una mentira repetida mil veces continúa siendo mentira.

Pero entonces, para complicarlo todo un poco más, llega la ocurrencia del único gobierno municipal con mayoría absoluta en la cuenca de Pamplona, presidido por Nafarroako Herri Batasuna (Unión del Pueblo Navarro), que consiste en pedir que sus ciudadanos pierdan derechos, pasando de la zona mixta a la no vascófona. Según sus palabras “El Ayuntamiento considera la equidad personal y la igualdad ante la ley como principios fundamentales de los derechos de las personas”. El nivel de esquizofrenia toca techo al disfrazar de equidad e igualdad el ataque directo a los derechos de las personas bilingües y también de las monolingües. De nuevo la única herramienta para crear un golpe de efecto contra el euskera, la mentira.

Una de las mayores evidencias de esta mala praxis, la de mentir compulsivamente para enfrentar a los navarros, es la lectura interesada realizada por algunos medios de comunicación sobre los resultados PISA de 2015. Había quien afirmaba que los alumnos del modelo D llevaban un retraso de un año con respecto al resto en lectura. Se utilizaban los datos que arrojaba una evaluación diseñada con el objetivo de medir sistemas educativos de manera global, para comparar modelos lingüísticos de un mismo sistema. Es conveniente saber que en esas pruebas incluso los alumnos de un mismo centro educativo no hacían las mismas pruebas. Dos técnicos del Ministerio de Educación español, Francisco Javier García Crespo, jefe de Área de Gestión de Datos y Asuntos Generales Instituto Nacional de Evaluación Educativa (MECD) y Luis Sanz San Miguel, asesor técnico (Análisis de datos) Instituto Nacional de Evaluación Educativa (MECD), nada sospechosos de querer hacer una lectura interesada a favor del euskera, afirmaron sin ningún tipo de duda en la charla sobre PISA que dieron en la UPNA, que no es posible hacer comparaciones entre modelos lingüísticos en PISA. Es más, en respuesta a una pregunta concreta a este respecto, defendieron que cualquier tipo de esfuerzo en ese sentido resultaría totalmente estéril. Esas pruebas no han sido diseñadas para realizar esas comparaciones y además ese tipo de interpretaciones no tienen ninguna credibilidad científica. A pesar de ello, existen medios de comunicación con gran influencia en esta tierra que han procedido de esta manera, sometiendo a un fraude intencionado a esta sociedad. Una vez más, mentira.

La gran mayoría de todos estos problemas y enfrentamientos se solucionarían si Navarra no estuviera fraccionada en unas zonas lingüísticas absurdas. Si el euskera fuera oficial en todo el territorio todo este fango sería purgado, pero claro, para eso hay que querer evitar los enfrentamientos, y mientras ese tipo de situaciones sigan dando algún tipo de rédito, no habrá disposición ni voluntad para corregirlas. Es muy común escuchar, cuando se plantea la oficialidad en toda Navarra, que sería algo artificial, ya que el euskera ha sido históricamente el idioma del norte de Navarra. Otra mentira. Los recientes estudios publicados por Monteano arrojan el demoledor dato de que en pleno siglo XVI, con Navarra ya conquistada, el 80% de los navarros y navarras hablaban en euskera, y que más de la mitad de la población desconocía totalmente el castellano.

Así que creo que estoy en mi perfecto derecho de explotar, puesto que, como miembro de esta sociedad navarra a la que pertenezco, me hierve la ira cuando se me trata de engañar con informaciones falsas, perversas y envenenadas continuamente. Y esto sí, esto es verdad.

El autor es irakasle