unca un 6 de julio se enfrentó a tantos retos como el de ayer. El primero y, el más importante, abordar con responsabilidad la suspensión por segundo año consecutivo de las fiestas de San Fermín. De un primer escaner fotográfico se desprende que la mayoría de la ciudadanía estuvo a la altura. A la espera de los datos que ofrezcan hoy los distintos cuerpos policiales sobre el devenir de la noche al menos el día transcurrió con normalidad. Un día nublado desde el punto de la mañana, incluso fresco, que invitaba a la moderación. Y ante la mirada atenta de los más de 400 policías del imponente dispositivo conjunto desplegado por las calles. Un día oscuro como los datos sobre contagios ofrecidos ayer por Salud, con más de un millar de positivos relacionados con el macrobrote de Salou -unos mini Sanfermines defin de curso que han impactado en los datos globales con 425 casos, el 85% de entre 15 y 20 años-, y la insistencia del Gobierno foral de limitar al máximo la "interacción social". Dentro de unos días veremos en qué se traducen las salidas de estos jóvenes, con ganas de marcha, sin vacuna, y donde caben comportamientos responsables e irresponsables. Jóvenes hoy en el punto de mira de la sociedad y que están detrás de las nuevas restricciones impulsadas en diferentes comunidades y de la reciente propuesta del Ministerio de Salud de aprobar un nuevo toque de queda. Por de pronto las imágenes que dejaba el día eran las de una ciudad envuelta en cierta normalidad sin grandes concentraciones de personas. Con cautela desde primera hora con un alcalde pidiendo "responsabilidad, sensatez y sentido común". También en el momento del cohete, con mayor presencia de personas eso sí en almuerzos y comidas, y con terrazas llenas -de diferentes generaciones- pero sin tumultos. Y cautela por la tarde con una única intervención de la Policía Municipal en Calderería que tuvo que ser desalojada por aglomeraciones para volver a permitir después el acceso de personas. Hoy, con el capotico del santo, se conocerán los partes de incidentes y si repetimos o no los errores del año pasado. Eso sí el aumento de contagios ha hecho que Maya se olvide de los toros en San Fermín Txikito y lance un debate sobre el futuro de las fiestas en el seno de la Mesa de los Sanfermines. Sanfermines con o sin encierros y corridas, que el primer edil defiende, o recuperar el Riau riau. Habrá que ver cómo participa la ciudad de ese debate. Para conseguir que el cohete de 2022 sea mejor.