Para no deshacerse de su sede nacional en la calle de Génova en Madrid -en contra de lo que había anunciado hace tiempo Pablo Casado tratando de alejarse infantil e inútilmente de la corrupción-, Elías Bendodo, nuevo coordinador general del PP, argumenta que la misma es "propiedad de los afiliados y, por tanto, los edificios no tienen culpa de nada".Efectivamente, los edificios no tienen culpa. Pero me niego a tragarme que pertenezca solo a los afiliados del PP. En eso se equivoca de cabo a rabo. Si acaso es de todos los españoles, puesto que se pagó con dinero negro recaudado de mordidas por adjudicaciones amañadas de obra pública.No dejen la sede, no hace falta. Cualquiera puede tener corruptos en sus filas. Para pasar página, basta simplemente con ser transparentes y atacar a los mangantes con convicción. La diferencia es cómo se combate a los chorizos: unos, sin arrepentirse, los arropan y hablan de conspiración contra ellos, mientras otros piden perdón y los expulsan del partido.