El viernes 12 de agosto de 2022, Osasuna y Sevilla jugaron el partido más tempranero en la historia de la Liga, pero ese récord solo va a durar un año porque el próximo viernes 11 de agosto habrá un partido para empezar la nueva Liga. Esta tendencia a adelantar el inicio liguero se lleva muy mal con el cambio climático –es inhumano jugar a esas temperaturas, y algún año va a pasar algo– y con las vacaciones de la afición, y además tiene su origen en la gran derrota de los clubes ante la FIFA y la UEFA: haberles cedido la segunda quincena de junio, que es cuando empiezan Mundiales y Europeos o se acaba la Liga de Naciones. Fechas que empujan todo el calendario y obligan a disparates como que los clubes inicien este año la pretemporada en la segunda semana de julio. Quienes jugaban las ligas del siglo pasado –que empezaban el primero o incluso el segundo fin de semana de septiembre– no saben lo afortunados que eran.