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Historias mínimas

Historias mínimasJavier Bergasa

Así como sucede con los programas de televisión, que si perduran y los ves durante años sus protagonistas se acaban convirtiendo casi en parte de tu familia, las voces que escuchamos por la radio, aunque no les pongamos ni nombre ni cara, también terminan formando parte de ti mismo.

Las señales horarias, las caretas de entrada, las noticias, las entrevistas, los magazines, las coletillas, las cuñas publicitarias, las canciones, se cuelan en las casas normalmente sin cambiar de dial durante décadas y los y las profesionales de la radio te acompañan en miles de mañanas, tardes o noches.

A miles de nosotros nos acompañó durante 25 años la voz de Elvira Obanos, sonriente profesional de la SER durante la mayor parte de su vida laboral, que nos dejó hace unos días a la aún joven edad de 60 años. No están siendo estos últimos años amables con el periodismo local, con muchos compañeros y compañeras que nos han dicho adiós demasiado pronto.

Elvira, a la que me encontré muchas veces laboralmente y siempre con su simpatía por delante, fue una de esas profesionales entregadas que marcó un estilo propio en la radio local, con una voz que todavía resuena en mi memoria aunque haga ya 10 años que dejó el día a día de la radio. Fue, además, columnista en este medio, primero durante cinco días a la semana y desde 2005 y hasta 2014 con una columna semanal. Su columna se llamaba Historias Mínimas y tenía el mismo desparpajo y naturalidad que mostraba ella en persona.

Su decisión en 2005 de abandonar la columna casi diaria y pasar a una semanal abrió las puertas a otro periodista, que tomó su relevo. Llevo aquí desde entonces, sabedor de que historias mínimas y decisiones así marcan destinos de unos u otros en la vida. La decisión de Elvira me ha traído hasta este día y qué menos que desear a su familia y amigos que lleven su ausencia lo mejor que se pueda, que es algo durísimo. Mucho ánimo.