Por sus obras les conoceréis

Yolanda Barcina, futura presidenta del Gobierno de Navarra, aseguró, tras el acuerdo alcanzado con el PSN, que "UPN no ha renunciado a ninguno de sus principios". Una de tres: o bien UPN y PSN tienen los mismos principios y, por tanto, en el acuerdo sólo han tenido que expresarlos conjuntamente, o bien el PSN ha olvidado los suyos para lograr el acuerdo, o bien Yolanda Barcina miente porque el PSN ha impuesto los suyos.

Una somera lectura del programa de gobierno firmado por ambos partidos, así como la comparecencia conjunta ante la prensa para explicar dicho acuerdo, demuestra con claridad que el mencionado programa es totalmente de derechas y, por lo tanto, encaja perfectamente con los principios de los que nos habla Barcina. La conclusión es obvia: o el PSN tiene los mismos principios que UPN o si los tiene distintos no aparecen para nada en el acuerdo de gobierno. Pero entonces, ¿cuál es la función de un partido político que se dice distinto de otro si aquello que lo diferencia desaparece de la esfera política? Más aún, ¿en qué quedan las palabras expresadas antes de y en la campaña electoral por el candidato del PSN Roberto Jiménez? He aquí algunas muestras:

- "El PSN se siente engañado por UPN en materia presupuestaria".

- "Nuestro electorado es progresista, piensa en la modernidad, son personas inconformistas con la situación actual y quieren cambiarla para que esto funcione mejor".

- "Lo institucional nos diferencia profundamente de Nafarroa Bai, pero de UPN también estamos muy lejos".

- "Las decisiones que se vayan a tomar el día 22 estarán supeditadas a dos cuestiones, a los resultados electorales y a nuestro programa electoral".

Dejo a quien lea este escrito que compruebe la distancia que hay entre las palabras de Roberto Jiménez, futuro vicepresidente, y los hechos. Éstas son las actitudes que alejan a la gente de los políticos de manera directamente proporcional al apego que algunos de ellos sienten hacia las poltronas del poder. Una pena.