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Un mareo y un ‘¡Me aburro!’ indirecto

Como muchos sabrán, el 25 de febrero se celebró el debate sobre el estado de la nación (DEN). Es un acto que se realiza desde hace 25 años en el Congreso en el que diputados y altos cargos del Gobierno hablan, como bien dice su nombre, sobre el estado del país. Desde economía, hasta terrorismo. Pero, vaya, esta carta no es un post de Wikipedia, así que voy al grano. El de este año fue gracioso y al mismo tiempo, algo preocupante. Era el turno de Mariano Rajoy. Subió a la tribuna de oradores a dar su discurso, cuando, de repente, las cámaras captaron una imagen de Celia Villalobos (vicepresidenta del Congreso) con su iPad jugando al Candy Crush. Sí, según han dicho los expertos, era el Candy Crush (una especie de tetris). Para que vean lo importante que es lo que dice nuestro presidente. Que va a crear 3 millones de puestos de trabajo si vuelve a gobernar. Jajaja. Y cómo no, tras la difusión de esta noticia, los community managers de Podemos ya estaban con las típicas bromas: “Para que vean que lo que dice Rajoy no le interesa ni a la vicepresidenta” y bla, bla, bla. Y esto no es todo. En este mismo acto, Joan Baldoví (un diputado), se encontraba, también, en la tribuna de oradores cuando al alcanzar los dos minutos de ponencia, se le escucha decir interrumpiendo su intervención: “Discúlpeme”, seguido de un desvanecimiento. Y rápidamente Villalobos (en ese momento no estaba con el Candy Crush. Menos mal.) grita: “¿Hay por ahí un médico? ¡Un médico!”. ¿Y sabéis quién acudió? ¡Exacto! La exministra de Sanidad, Ana Mato. Por suerte, no le atendió tan mal, como lo hizo a su país cuando estaba al mando del Ministerio de Sanidad. Estoy seguro de que en el debate sobre el estado de la nación de 2016 captarán las cámaras a alguien desmayándose de euforia tras pasarse el nivel de Candy Crush. ¿O tal vez captarán el desmayo de alguien al oír “¡despedido/a!” por jugar al Candy Crush cuando no debe hacerlo?