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Al teólogo Joxe Arregi

“Decepción y esperanza” así dices en tu largo artículo publicado en DIARIO DE NOTICIAS el día 17 de abril de 2016. En tus reflexiones referentes a la Exhortación Apostólica Potsinodal del Papa Francisco sobre el Amor en la Familia, te contestaré según el espacio del que dispongo.

Dices “admiro el espíritu y el talante que exhibe el Papa en este documento, se ha bandeado con mucha sutileza entre el sector episcopal más aperturista y el más conservador y me ha hecho perder la cena que aposté con Itziar, mi mujer. A que después del Sínodo, el Papa abriría la puerta para que los divorciados vueltos a casar pudieran comulgar en la misa, aunque fuera tras el humillante proceso penitencial previsto. Pues bien, el Papa no ha abierto esa puerta por mucho que algunos pretendan que sí. Deja la decisión en manos del obispo” (?).

Hablas también sobre las parejas del mismo sexo y pides respeto hacia ellos. Lo mismo pido yo. Lo que no quiero es que se les dé como se les está dando mayor puntuación que a las parejas normales, es decir, parejas entre hombre y mujer. Dices: “constatamos con pesar que la doctrina sigue siendo de yeso y alejada del pueblo”. Yo diría al revés, que somos el pueblo quien estamos alejándonos de la doctrina.

Siento pena por cómo aúpas al Papa para terminar con peros. Puedes seguir apostando cenas, pero no te aproveches de “ver los toros desde la barrera” y “lidiar” al Papa y a valientes religiosos que han apostado, de verdad, por no “colgar sus hábitos” como tantos sí lo han hecho. Esperanza sí, decepción no.