Comienza la película. La protagonista es sometida a un cuestionario sobre su persona. Ni siquiera sabemos para qué. Solo le vemos a ella en plano corto. Tras varias anodinas preguntas, y con el mismo aburrido y frío tono, resuena esta: “Del 1 al 10, ¿cuál es el grado de satisfacción con su vida?”. Expresión de desconcierto en el rostro, sonido chirriante en la escena,que con fuerza lanzan la pregunta al espectador, pantalla en negro, pausa, no hay respuesta.

Una película que deja huella. Toda ella implica al espectador. Fotografia excelente, sonido poderoso que maneja la expresividad, actriz entregada a su papel. Expresión en cine de una vivencia humana auténtica, desconcertante, incómoda, reflejo de muchas vidas. Inolvidable.