Que me sonara dicho apellido es lógico. Según su biografía era hijo de inmigrantes de estas tierras.

¿Por qué atrajo mi atención? Muy fácil. Siendo Papa Karol Wojtyla mandó abrir los archivos del Vaticano, llamó a los más grandes eruditos de la época y les dijo: “Quiero que me digáis de qué tiene que pedir perdón la Santa Madre Iglesia”. Hay que aclarar que tenían acceso a una zona delimitada.

Siempre hay un pequeño despiste. O no tan pequeño. Alguien echó mano a un grueso manuscrito celosamente guardado. Era nada más y nada menos que el proceso abierto por la Inquisición Española al arzobispo Bartolomé de Carranza. ¡Ajá! Salió. Natural de Miranda de Arga. Cerca de Tafalla, vaya. ¿Casualidad?

Lo que no es casual que lo defendiera Martín de Azpilcueta, el doctor navarro, así llamado por doctorados en Leyes y Teología, nacido en Barásoain (1492), o sea, a 10 kilómetros de Tafalla.

No voy a cansar al personal con la evolución de la causa. Casi los queman en la hoguera. A Bartolomé por herejía, a Martín por defenderlo. Llevo muchos años viviendo en Barásoain. Con lo que me gusta la Historia, como para no interesarme conocer la de sus habitantes más destacados.