La industria 4.0 se sustenta básicamente sobre cuatro pilares, a saber, el internet de las cosas, sistemas ciberfísicos, una red de comunicación y simulación y un sistema básico de big data.

Sostenibilidad, productividad, crecimiento empresarial, ¿dónde queda el capital humano, verdadero motor de toda esta expansión?

Resulta poco sostenible y productivo el pensar que dejando de lado y no informando (bajo el artículo 64 del estatuto de los trabajadores) a los representantes sindicales democráticamente elegidos y por ende, a todos los trabajadores de toda la política empresarial que acontece, se pueda vislumbrar un futuro próspero y constructivo para una empresa de este nivel.

Todo está relacionado y es la base de la sostenibilidad de esta empresa. Sin embargo, ningunear al verdadero valor de la empresa como es el aspecto social a través del trabajador, resulta ser muy poco rentable para completar ese puzzle tan atractivo basado en la unión perfecta entre ecología, economía y este aspecto social que como tal, conviene llevarlo a efecto con responsabilidad.

Para este grupo empresarial una revolución o futuro 4.0 pasa por simplificar, equilibrar, sincronizar y minimizar todo aquello que no añada valor. Cabe preguntarse, ¿esto incluirá al trabajador?

Derechos laborales incumplidos y un desarrollo empresarial que no se comparte con el propio trabajador. ¿Hacia dónde vamos?

Una revolución industrial 4.0 en pleno siglo XXI con derechos laborales que nos retrotraen a épocas pasadas no parece ser muy revolucionario.

Hasta 500 futuros empleos, 25 millones de inversión. Trabajemos juntos para que ese titular no se quede en papel mojado y la simbiosis entre capital humano y económico conformen un ejemplo a seguir para la sociedad en la que vivimos.

Quiero aprovechar estas líneas para dar el más sentido sentido y profundo pésame a toda la familia y amig@s de Javier Fernández Roldán, compañero fallecido hace escasos días por accidente laboral en la empresa Exkal.